El viernes 4 de abril mientras se quebraban los termómetros del invierno en Salamanca, en la Plaza de los Bandos se celebraba la entrega de premios del Concurso Internacional de Cuentos Miguel de Unamuno. Los premiados Juan Carlos Fernández León, Miguel Sánchez Robles y María de las Nieves Morales, cual estrellas de cine, brillaban bajo los flashes fotográficos, repartían palabras de agradecimiento y firmaban los ejemplares de sus cuentos. Mas tuvieron grata recompensa. Víctor García de la Concha, Director de la R.A.E.L. y presidente del jurado, les miraba a los ojos con el entusiasmo de un lector en trance cuando deshojaba la margarita estética de sus cuentos, cuyo último pétalo musitaba sí.
De Anamnesis de la cubana María de las Nieves Morales, que acudió a la “premiasión” para recompensar a su quijotesco personaje que no pudo venir a España por los magos encantadores del régimen isleño, resaltó la calidad del relato y la fusión de vida y literatura. De Melancolía de las muchachas que se llaman Naike del murciano Miguel Sánchez Robles, que ha publicado recientemente una novela titulada Donde empieza la nada (editorial Algaida), celebró su estilo moderno y sus imágenes naïf llenas de desolación y de ternura. Del relato ganador Curso del 81 del madrileño y compañero de nuestro blog Juan Carlos Fernández León, elogió su sorprendente estructura lírica, parecida a una composición musical, y sus espléndidos hallazgos expresivos para narrar las ansias de libertad y los sueños infantiles rotos como una pelota de papel de plata.
Y la celebración fue deviniendo “delisiosa” cuando el actor argentino Miguel Ángel Solá recitó dulcemente el Curso del 81 al que definió como un delirio de hormigas enamoradas que van llevando al hormiguero su petalito de rosa y su gotita de rocío.
No obstante, la verdadera protagonista de la velada se llamaba Silvia Bragante, parece ser que tenía misiles en sus ojos y alguna fruta desconocida pegada en los labios y se afirmaba que era muy atrevida en el beso. No hubo catedrático ni tuno que no le rindiera pleitesía. RO.
De Anamnesis de la cubana María de las Nieves Morales, que acudió a la “premiasión” para recompensar a su quijotesco personaje que no pudo venir a España por los magos encantadores del régimen isleño, resaltó la calidad del relato y la fusión de vida y literatura. De Melancolía de las muchachas que se llaman Naike del murciano Miguel Sánchez Robles, que ha publicado recientemente una novela titulada Donde empieza la nada (editorial Algaida), celebró su estilo moderno y sus imágenes naïf llenas de desolación y de ternura. Del relato ganador Curso del 81 del madrileño y compañero de nuestro blog Juan Carlos Fernández León, elogió su sorprendente estructura lírica, parecida a una composición musical, y sus espléndidos hallazgos expresivos para narrar las ansias de libertad y los sueños infantiles rotos como una pelota de papel de plata.
Y la celebración fue deviniendo “delisiosa” cuando el actor argentino Miguel Ángel Solá recitó dulcemente el Curso del 81 al que definió como un delirio de hormigas enamoradas que van llevando al hormiguero su petalito de rosa y su gotita de rocío.
No obstante, la verdadera protagonista de la velada se llamaba Silvia Bragante, parece ser que tenía misiles en sus ojos y alguna fruta desconocida pegada en los labios y se afirmaba que era muy atrevida en el beso. No hubo catedrático ni tuno que no le rindiera pleitesía. RO.
3 comentarios:
¡Viva la cronista superiora! Y nuestro ilustre compañero de blog, of course!
¡Qué sería de nosotros sin el comentarista oficial del reino! Juan, of course.
Felicidades a Juan Carlos "el nuestro", como dicen en mi tierra chica.
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