28 de abril de 2008

Carlos Castán, el escritor perdido


El género cuento es tan técnico, tan minoritario, tan decididamente aristocrático que su estudio, su seguimiento, ha quedado relegado al ámbito del blog, ese novedoso pupitre. Hace un par de meses el tema de estas bitácoras (son legión) fue Carlos Castán, un enigmático y personalísimo escritor de cuentos, profesor de instituto, que suscitó polémica a raíz de una reseña adversa a su primer libro, Museo de la soledad, reeditado en esos mismos momentos. Al instante surgieron voces defendiendo su maestría, ensalzándolo como uno de los referentes más importantes del cuento en la actualidad. Un día pregunté al escritor Félix Palma (para mí el mejor cuentista del panorama) que quién era su escritor favorito. Me contestó que Carlos Castán. Ahora estrena Sólo de lo perdido, su tercer libro de cuentos. Admiro su prosa armónica, la perfección de su frase, el ritmo fúnebre que imprime a sus historias. Carlos Castán es un escritor que fabula desde la tristeza, incrustado férreamente en ella, y que necesita del personaje fracasado, de ese abúlico sumido en la derrota que gatea inestable en los filos de las azoteas, para salvarse a sí mismo. Da la impresión de que escriba para evitar las llamas, para volver a respirar después de una detonación. Hay solo una línea tenue que separa lo obsesivo de la pose, el equilibrio del exceso. De cada cuento de Castán surge un humo tibio de café que espera malas noticias. Sus historias huelen a despedida en un muelle. A nostalgia. A pérdida del paraíso. JC.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Formidable comentario, JC.

Anónimo dijo...

Ójala, Castán incluya en sus cuentos los pensamientos que impiden que esos "gatos desesperados", tropiecen, sin querer queriendo, y...
Bello comenterio (dejo la errata por el pesimismo freudiano, revelador,...)

Anónimo dijo...

"Me gusta que me mire porque el trozo de mi vida que se dibuja en sus ojos, al menos ese trozo, está claro que sale ganando: no es tan triste, ni tan igual, ni tan sombría esta vida mía vista allí. Seguro. Por eso me gusta imaginar a veces mi vida tal y como se refleja en sus pupilas. Por eso mejor cuanto más me mire."
Alguien que escribe algo así es digno de este fabuloso comentario.

Anónimo dijo...

Y yo que creo, JC, que la verdadera renovación TEMÁTICA de la literatura será narrar a los felices... ¿soy rara?

Anónimo dijo...

escribe usted muy bien, pero sus comentarios me quitan las ganas de leer los libros a los que se refieren. me repele la abulia. leo mucho y no me importa gastar dinero en páginas impresas.gracias a usted estoy ahorrando tiempo y dinero.JC,conoce usted a los clásicos? son unos señores que ya no se encuentran ,en su mayoría, dentro del reino de los vivos y que escriben de manera extraordinaria. su pensamiento también es extraordinario, a veces por la alegría.

Anónimo dijo...

El problema de los clásicos es que ya están suficientemente leídos y por extenso reseñados. Pero estoy muy de acuerdo en que escriben de manera extraordinaria. Por eso son clásicos, leñe. Mi objetivo es dar a conocer a escritores que todavía están vivos, sean alegres o tristes. De cualquier forma, la tristeza es un sentimiento tan poderoso como pueda ser la alegría y mucho más literario. Yo para reírme prefiero ir al cine.

Anónimo dijo...

Me parece muy buena idea reseñar a escritores contemporáneos. A mí sí me están entrando unas angustiasganaslocas de leer un poco más. ¿Podrían subirme el sueldo, por favor?

Anónimo dijo...

Literario lo es todo: la algría, tristeza, ilusión, imaginación, pesimismo, optimismo...Todo es objeto de creación literaria. No importa qué decimos sino cómo lo decimos. Es ahí donde radica la esencia de la LITERATURA.
En el cine también se llora.
Para leer no hace falta que nos suban el sueldo. Con una buena vista y unas ganas locas, ya sobra.

ELCE dijo...

Totalmente de acuerdo:

MIGUEL DE UNAMUNO

LENTEJAS DE SALAMANCA

Estas sabrosas lentejas
me traen sabor al terruño
que a mi lengua le dio el cuño
de su saber; sus consejas

-mies también de los sembrados-
me alimentan las canmciones,
consejas de corazones
de terruño; sosegados

me vuelven los días idos
-el porvenir es memoria-
y me visitan en gloria
los recuerdos florecidos

2 de junio de 1929


...Es la forma, estúpido

Anónimo dijo...

M'alegra molt el fet de coincidir tantes vegades. Es un plaer.

Anónimo dijo...

Prosa tan fermosa non vi como aquesta de Castán, pero... ¿hay algo detrás?. Me suena a bolero caduco, moho y telarañas, asfalto pluvioso, pena y lástima da.