Nunca una consigna ha sido más acertada. Como si fuera un pasaje de los manuales de los alumnos de minas en Mayo del 68, porque a esta consigna hay que darle un contenido literal: la playa está debajo de París y encima, a la vista de todos, porque la piedra de talla con la que está edificada procede de la cantera de Ouachére y Corpechot, en Saint-Maximin, cerca de Creil (Oise). La piedra ligeramente tostada, calcárea, a veces con tonalidades ocres procede de una zona pantanosa tropical de hace 45 millones de años, en el terciario. El mar, poco profundo, fue acumulando sedimentos durante 5 millones de años. Esos restos están debajo de París y también en las canteras de Saint-Maximin, donde son más accesibles. Así que esa revolución moderna con regusto retro de Mayo del 68 acertó en lo de la playa, pero cuando escarbaron se la encontraron petrificada.
Ú.
30 de marzo de 2008
Bajo los adoquines está la playa (petrificada)
Publicado por ELCE en 10:57
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1 comentarios:
Me temo que todas las revoluciones más pronto que tarde nos dejan de piedra.
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