2 de junio de 2008

Campo de amapolas blancas, Gonzalo Hidalgo Bayal


Muchos esperábamos con ciertas ansias la nueva novela de Gonzalo Hidalgo Bayal, después de la magnífica Parábola del interventor, un éxito de crítica reeditada por Tusquets tras haber pasado unos años de sigilo en las carrocerías de la editorial extremeña Los libros del Oeste. Parábola del interventor, una alegoría kafkiana exquisita de estilo, fue saludada como una de las mejores novelas del año 2004. La lectura de Campo de amapolas blancas, su última novela, reeditada del mismo modo por Tusquets, me ha confirmado que el escritor necesita de una sola obra de impacto para alcanzar un puesto de privilegio en el escalafón prestigioso de las editoriales y también, aunque en menor medida, entre los lectores.
Campo de amapolas blancas es una novela corta que viene avalada por las entusiastas alabanzas de Rafael Sánchez Ferlosio, su amigo. Incluye, a su vez, un epilogo escrito por Luis Landero, otro extremeño, unas páginas laudatorias que ayudan a engordar el grosor del libro, bastante enjuto por otra parte. La campaña parece perfectamente urdida.
De la novela solo se me ocurre decir que está carente de ideas, que sobrelleva un estilo pomposo inadecuado para lo que se está narrando. Si he de ser sincero, me gusta el estilo de Hidalgo Bayal pero creo que chirría en esta trama. Es una historia de iniciación, la de un par de jóvenes que evolucionan en circunstancias adversas. Es el relato de una admiración mal entendida hacia un personaje, llamado H, cuyo rumbo vital es de lo más anodino y rutinario. Quizás estemos ya un poco cansados del mayo del 68 y de los profetas de la libertad. De París, de la Maga, de Los Beatles, de Camus. Hay que pasar página urgentemente y analizar otras épocas, por qué no esta. Lo que nos cuenta Hidalgo Bayal yo ya lo había leído en otras ocasiones, muchas otras veces. Veremos quién le avala en la siguiente novela.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Me conformo con me avale él o su amigo Landero.

Anónimo dijo...

Es una gran verdad mercadotécnica: críe la fama y échese a dormir. Estoy leyendo la última novela de Don Delillo y no la tiro (ni se la tiro a nadie a la cabeza) porque es de pasta dura y me ha hecho daño al bolsillo.

Anónimo dijo...

¡Qué desilusión! La compré el domingo en la Feria del libro, también esperaba ansiosamente lo nuevo de Hidalgo Bayal, después de quedar presa de su prosa con lo anterior. Ahí está, en la montaña de pendientes, esperando el fin de otra lectura. Ya os comentaré mi opinión.

Anónimo dijo...

Acabo de terminarme Campos de amapolas blancas y me ha estremecido.
La novela se publicó en 1997 por lo que no es nueva ni la última, y por la misma razón, no creo que sea muy justo acusarla de sesentayochista.
Creo que desmitifica aquella época en las antípodas del Paris no se acana nunca de Vila Matas.

Anónimo dijo...

hola, a mí Amad a la dama y Paradoja del interventor me gustaron mucho y este también, a pesar de que puedas tener la sensación de dejá vu, si que creo que este libro mantiene la esencia de muchas cosas. En pocas páginas hay mucho mundo comprimido, que merecen más de una lectura para asimilarlo. Me gusta la manera de escribir de Bayal, pero con este libro más allá del goce estético también me ha permitido el goce espiritual.
Saludos.

Anónimo dijo...

Acabo de leer esta novela y no entiendo a qué tipo de lector puede gustar. Manida hasta el extremo, es una sucesión de clichés sobre el pasado reciente a través de dos personajes: colegio de curas, lecturas prohibidas, cine de verano, zambullidas en la charca, los primeros ligues, la universidad, en autoestop a París, una buhardilla, el descubrimiento del cine francés y de Cortázar....¡por favor! El imaginario del autor no es ni común ni generacional: es un topicazo presentado bajo el topicazo de la nostalgia.

Yo no repito con este autor, desde luego....
Saludos a todos,
juan carlos

Andrés dijo...

Bueno, personalmente la obra me ha parecido bastante interesante. El estilo que utiliza Bayal me agrada, ya que se centra en el espíritu de la obra y no en datos totalmente inocuos. Me parece que este libro esta indicado para gente joven principalmente, ya que pese a la diferencia cronológica, creo que pueden hallar nexos entre sus propias situaciones y las que se tratan en el libro. Creo que la obra se debe mirar como algo de lo que aprender sin fijarse en cosas con tan mínima trascendencia que la época en la que esta basada ni mucho menos en si guarda alguna relación con narraciones anteriores del autor.