20 de junio de 2008

Belleza


Cuentan que el conde de Servois, momentos antes de ser decapatido, observó el astil del hacha del verdugo y al comprobar que se trataba de una madera vulgar, musitó: qué falta de clase. Personalmente, preferiría que mi última visión antes de abandonar este mundo fuese como la de la imagen. Los brazos paralelos sujetando la cabeza, a la manera de un Atlante sofisticado, parecen sugerir una turbadora mezcla de pesadumbre y desafío. También el único ojo mostrado participa a la vez de un aire de desvalimiento e invitación a la sima del placer sin fronteras. Esa leve inclinación de la cara también puede ser bien un interrogante bien la respuesta a nuestras plegarias. El rojo carmesí de los labios, la entrada a un laberinto sin salida o la ascensión a los cielos, a la manera platónica. Uno no sabe si acudir al rescate o emprender la huida antes de que ese rostro inmensamente bello nos calcine.
(mi agradecimiento tanto a Guadalupe Sánchez, la fotógrafa, como a Isabel, la modelo. Deberán clicar en la foto para eliminar el fondo terráqueo).

3 comentarios:

Anónimo dijo...

LA belleza está en las palabras que también posan y gustan del carmín.Felicidades JF. Sí, amigos blogueros, estará impreso y con su rímel "El canadiense" (Premio Carolina Coronado de novela).

Anónimo dijo...

Enhorabuena JF, me alegro mucho de este nuevo éxito. GS

Anónimo dijo...

No hemos podido darte la enhorabuenta antes porque nos encontrábamos en Sabiñánigo(Huesca), en la Quebrantahuesos, disfrutando del deporte y de la naturaleza. Hemos prescindido de Internet y nos acabamos de enterar ahora, aunque lo dábamos por sentado. Nos alegramos mucho. Enhorabuena desde Valencia.