22 de mayo de 2008

Capricho


Antojo extravagante, original, ingenioso. Fantasía que rompe cánones impuestos. Danza de tinieblas lúgubres, rasgadas y deformes, que desfilan tejiendo con graves hilos: el engaño en las relaciones entre hombre y mujer; la sátira de la mala educación y de la ignorancia exacerbada; la condena de oscuros vicios sociales; la protesta ante el poder y sus formas... Goya decía que trataba "asuntos caprichosos que se prestaban a presentar las cosas en ridículo, fustigar prejuicios, imposturas e hipocresías consagradas por el tiempo".

Los Caprichos son estampas, impresas en 1799 como una colección de grabados originales al aguafuerte. A partir de unos álbumes de dibujos compuestos en Andalucía, compone el universo creativo que supondrá la cumbre de la historia universal del grabado y la referencia inicial de la historia de la estampa moderna. El propio autor da fe de su trabajo original en un texto extenso sobre las estampas que acompaña a la obra, donde argumenta que la pintura también es vehículo para censurar "errores y vicios humanos", del mismo modo que lo son las letras. "Se venden en la calle del Desengaño, número 1, tienda de perfumes y licores...", calle donde vivía Goya en aquel momento.
Si bien no está clara la venta de Los Caprichos, pues tal era la carga crítica estampada que la Inquisición se puso en pie de guerra y Goya ofreció al rey las 80 planchas y estampas editadas, como figura registrado en la Calcografía de principios de siglo XIX. (En la imagen, el número 44 de la serie. Hilan delgado la trama que urden, ni el diablo la podrá deshacer. Hellman, 1983).

Caprichosos escritores, desde el Romanticismo hasta los seguidores de Freud, dedicados a interpretar los componentes satíricos, enigmáticos y alegóricos de las escenas. Escenas dramáticas bruñidas. Reflexión esperpéntica entre lo intrínseco humano y la esencia social coetánea. Iconografía lúdica y expresiva. Sorprendente lucidez luciente.
N. S.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El cirujano extirpa el cáncer negro y obtuso del cuerpo enfermizo de la sociedad, el capricho. Lúcida reseña, brillante.

Anónimo dijo...

Cual lucernario de errantes sombras. Gracias.