30 de abril de 2008

Ex combatientes

He hablado estos días con personas que vivieron en Francia el Mayo del 68 y sus secuelas políticas. Jean-Pierre Le Goff, Patrick Rotman, Henri Weber o André Glucksmann. Es admirable no haber encontrado en ellos la cargante nostalgia del ex combatiente a pesar de que sus biografía están irremediablemente unidas a aquellos acontecimientos, tan prestigiados retrospectivamente incluso por los que entonces se opusieron, como revelaba recientemente Le Nouvel Observateur en una encuesta. En esas cuatro voces he encontrado un esfuerzo nada complaciente por situar Mayo del 68 como un suceso histórico del que hay que extraer las consecuencias pertinentes, sí, pero en ningún caso salvarlo por el hecho del ‘yo estuve allí’. Pienso en nuestra doblemente horrorosa guerra civil, por lo que fue y por lo que se dice sobre ella.

Ú.

El triunfo



En una sociedad que sacraliza el éxito, me parece oportuno reproducir una imagen que lo define a la perfección. En la foto aparecen el filósofo austriaco André Gorz y su esposa Dorine. Cuando a los 60 años esta última contrajo una enfermedad degenerativa, Gorz decidió jubilarse y dedicarse a ella en cuerpo y alma, "debía renunciar a lo accidental para centrarme en lo esencial". Y cuando años más tarde ella murió, él puso fin a su vida: "Die Welt ist leer, Ich will nicht leben mehr, el mundo está vacío, no quiero vivir más; a ninguno de los dos nos gustaría sobrevivir a la muerte del otro; en caso de tener una segunda vida, nos gustaría pasarla juntos". Nuestro triunfo o derrota definitiva no se medirá por las pompas, premios, condecoraciones, publicaciones, cargos, diplomas o medallas, sino por la tibieza de la mirada que se derrame sobre nuestro cuerpo en tránsito al más allá. En ese sentido, basta echar un vistazo a los rostros de André y de Dorine para adivinar que ellos sí fueron unos triunfadores en toda regla.

28 de abril de 2008

Carlos Castán, el escritor perdido


El género cuento es tan técnico, tan minoritario, tan decididamente aristocrático que su estudio, su seguimiento, ha quedado relegado al ámbito del blog, ese novedoso pupitre. Hace un par de meses el tema de estas bitácoras (son legión) fue Carlos Castán, un enigmático y personalísimo escritor de cuentos, profesor de instituto, que suscitó polémica a raíz de una reseña adversa a su primer libro, Museo de la soledad, reeditado en esos mismos momentos. Al instante surgieron voces defendiendo su maestría, ensalzándolo como uno de los referentes más importantes del cuento en la actualidad. Un día pregunté al escritor Félix Palma (para mí el mejor cuentista del panorama) que quién era su escritor favorito. Me contestó que Carlos Castán. Ahora estrena Sólo de lo perdido, su tercer libro de cuentos. Admiro su prosa armónica, la perfección de su frase, el ritmo fúnebre que imprime a sus historias. Carlos Castán es un escritor que fabula desde la tristeza, incrustado férreamente en ella, y que necesita del personaje fracasado, de ese abúlico sumido en la derrota que gatea inestable en los filos de las azoteas, para salvarse a sí mismo. Da la impresión de que escriba para evitar las llamas, para volver a respirar después de una detonación. Hay solo una línea tenue que separa lo obsesivo de la pose, el equilibrio del exceso. De cada cuento de Castán surge un humo tibio de café que espera malas noticias. Sus historias huelen a despedida en un muelle. A nostalgia. A pérdida del paraíso. JC.

24 de abril de 2008

The best photo of the year


Sobre un telón oscuro, propio de un fondo de Caravaggio, el actor parece subrayar en exceso su desolación, con la mano derecha tapándose un ojo y con la izquierda sosteniendo con gesto desmayado, exánime, un casco bélico. Todo su cuerpo reposa sobre una negritud en la que parece estar a punto de naufragar. Por desgracia, no se trata de una función teatral, sino de un realismo sucio, proveniente de un país que no parece tener escrúpulos en mandar periódicamente, como víctimas propiciatorias del minotauro, a sus jóvenes a la guerra. Viendo el lamento de su expresión, todo parece indicar que acaba de perder el hilo que le conduciría a la salida del laberinto. O, más bien, es posible que ningún mando le advirtiera de que, entre la equipación guerrera, hay que echar siempre una bobina de hilo.

21 de abril de 2008

Palmadita cultural


Llegamos a la cita del 16º (en el XVI) para tomar un café. Acodado en la barra, Chema charlaba con una mujer cuyo perfil me sonó a Yolanda, a la que ya había visto anteriormente en ese sitio con un impermeable parecido. No me cupo ninguna duda. Mientras C saludaba a Chema, yo correspondía con una palmadita en la espalda a la supuesta Yolanda. “Ça va?” A esa distancia y de frente, ya me resultó imposible confundirla. No era ella, ni tampoco española, sino francesa, alérgica al contacto físico y más cuando un desconocido te palmea la espalda. La falsa Yolanda y Chema departían sobre un clásico: las cosas que nos separan a españoles y franceses. Mi desconocida reaccionó favorablemente y dedujo que un gesto valía más que mil palabras. Si un desconocido te palmeaba la espalda sin ni siquiera presentarse es que solo podía ser español.
No siempre las diferencias culturales son un obstáculo. A veces ayudan a tragar una metedura de pata.

Ú.

Los cretinos de Monzó


Una tarde de abril dos amigos entran en una gran librería. Se dirigen hacia la sección de novedades y comienzan a ojear portadas hipnotizados. El más alto de los dos, un joven con la nariz de dibujo animado, descubre el nuevo libro de uno de sus autores favoritos y da un grito, uau. Se lo lleva al pecho y lo huele, siempre huele los libros. Su amigo le dice, no te fíes, está ya viejo. Pese a todo lo compra. Nada más llegar a casa, el joven se sienta a leer el nuevo libro de su autor favorito. Está ilusionado. Del primero de los relatos le hace reír su humor negro, el imaginarse a un anciano disfrazado de mujer en una residencia geriátrica, lo considera un buen intento de conseguir otra obra maestra, como sus anteriores libros. Satisfecho se va a dormir. Durante el resto de días de la semana, el joven sigue leyendo los cuentos del libro. Son diecinueve en total, diecinueve relatos en los que se compendia la estupidez humana. Los lee como un globo que se deshincha, a base de pedorretas, desilusionándose poco a poco. Llega a la conclusión de que les falta el ingenio de antaño, la chispa, el humor, la crueldad que su escritor favorito siempre poseyó. De él ya solo permanece el estilo, desmañado por otra parte, la frase breve y rápida. Le falta banda sonora. Se pregunta qué le habrá pasado a su autor favorito. ¿Seguirá siendo su autor favorito? ¿Se estará chamuscando realmente su literatura, la literatura? ¿Es él, como lector, el que está cambiando? Transcurrida la semana queda a comer con su amigo. Cuando le hace la pregunta, qué tal por las noches con tu autor favorito, el joven se mete una croqueta en la boca y empieza a masticar. JC.

20 de abril de 2008

Mil años de oración

Ser crítico de cine se me antoja una de las profesiones más fáciles del mundo. Consiste, básicamente, en poner a parir las películas que gozan del favor popular y exaltar sin mesura las obras lastradas por una acumulación de diálogos pretenciosos y muchos silencios supuestamente elocuentes. Hoy mismo, sin ir más lejos, Boyero, entre exabrupto y regüeldo (¿cómo explicar su inquina hacia los progresistas? ¿habrá descubierto a su pareja follando con uno?), hace un panegírico en toda regla hacia la última película de Wayne Wang, director de la mítica Smoke. Animado por su crítica, la de Boyero, me he ido a verla al Renoir. Ahórrense el viaje. Faye Yu y Henry O se esfuerzan por salvar un guión lleno de aforismos y de frases póstumas, y salen como pueden de la miriada de escenas intimistas escritas por algún jungiano de guardia. Por si fuese poco, la historia se adoba con una iraní que dialoga en su idioma con el actor chino, que a su vez lo hace en el suyo, y un ruso comunista, no se sabe si de antes o después de la perestroika. Menos mal que al salir llovía y el rape con langostinos estaba en su punto. zai4 jian4

18 de abril de 2008

La Bruni al otro lado del espejo



El desocupado lector eximirá por esta vez al esforzado bloguero de la media docena de epítetos con que acostumbra aderezar sus comentarios. La andrógina belleza compartida de ambas estatuas, así como su paralelismo y simetría, hablan por sí solos.

17 de abril de 2008

MINIMAL


Esta vez es la Fundación Juan March quien nos deleita con una exposición dedicada al arte minimalista con más de 100 obras de 82 artistas del último siglo.

El minimalismo parte de un concepto clave, la máxima minimización y reducción formal; reaccionan contra el subjetivismo y rompen con la pintura abstracta académica y expresionista, proponiendo en su lugar un arte totalmente preconcebido de gran claridad, rigor conceptual y simplicidad, utilizando colores puros, superficies planas e impersonales, formas geométricas simples realizadas con precisión mecánica y materiales industriales. Intentan condensar con escasos elementos sus principios artísticos y reflexiones, creando un espacio contemplativo para temas filosóficos, de esta forma se inicia una conversación conceptual entre el artista, el espacio circundante y el espectador.

Es la pintura del silencio, se aparta del mundo material y del "ruido" de formas y objetos de la sociedad de consumo, del fenómeno comercial, de la apariencia; el arte como algo neutro, puro hasta hacerlo desaparecer.

El término "minimal" es utilizado por primera vez por el filósofo Richard Wolheim en 1965 para referirse al bajo contenido artístico de las pinturas negras de Ad Reinhart, de las pinturas combinadas de Rauschenberg y de los ready-made de Duchamp. G.S.

15 de abril de 2008

HONESTIDAD Y CINEMA

Si a la postre, como parece, todo es logos y no hay más referencia que la que arde ni más sustento que el de nuestra propia nada… ¿Por qué ese empeño en deglutir una realidad que, en sí misma, no es más consistente que el concepto que la acoge?
Entumecidos de verdad, legiones de mesías vienen predicando desde hace años con su propio ejemplo y marchamos como cine honesto, cine comprometido o cine social se han hecho hoy habituales en cualquier historia de la cinematografía moderna.
Pero, ¿hasta qué punto es honesto el cine honesto?
Cuentan que Palamedes, el ingenioso caudillo aqueo, tras ser acusado injustamente por el rencoroso Odiseo de traición, argumentó en su defensa que puesto que a falta de cualquier comprobación de lo realmente ocurrido, nadie podría confirmar nunca los hechos que se le imputaban, los jueces debían basar su veredicto en la dudosa verosimilitud de las acusaciones y en la limpidez de su currículum. Tras las oportunas deliberaciones los griegos decidieron y el héroe fue lapidado.
¿Debiéramos nosostros salvaguardar, entonces, un cine entregado a una causa, la verdad, a todas luces hipócrita y falsa?
Podría decirse que Palamedes era inocente. Nunca se entrevistó con troyano alguno ni recibió oro a cambio de información. Podría aducirse también que “la verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero” (frase, por cierto, injustamente atribuida a Machado, pues él la utilizó sólo para refutarla) pero aun así no aclararíamos el hecho de que el arte, y el cine sin duda lo es, no tiene otro progenitor que él mismo.
¿Cine honesto? Cine comprometido con el cine. Nada más. Nada menos.
M.V.

14 de abril de 2008

TERGIVÉRSATE: ESPEJO NEGRO, MIRIAM REYES.


Miriam Reyes (Oviedo 1974) es mujer de carne y verso. Un verso encarnado y descarnado donde habita la sangre de la vida que se niega a darla. Quizás ellos crean que hace una tragedia griega de un simple sainete. No tienes ni una pequeña idea del peligro que corres/tú, hombre/ al internarte en mí. Quizás no sepan, o sí que lo saben, de este Auschwitz uterino, del asesino a sueldo que convierte nuestro cuerpo en un gran ataúd. La anticoncepción, el aborto y la posibilidad de ser madre se vive de manera cruel y dolorosa acabando inevitable y eventualmente en sangre. El espejo de la vida empieza a enturbiarse con la certeza de la frustración paterna (concebida de la nostalgia/nací con lágrimas en el sexo con tierra en los ojos con sangre en la cabeza), un primer acercamiento a la pareja que desalienta (papá y mamá lloran...en el más crudo estruendoso hermoso silencio). Y sigue emborronándose con el reflejo de la mujer que ha aprendido a ser víctima que no reconoce el amor si no aparece en forma de catástrofe natural, pero que toma conciencia, se lastima y se da lástima para acabar rebelándose: Anda hombre/ levántate de ti. Llegamos al último poema que es al único sitio donde se puede llegar: No tengo casa a la que volver. Nos ha alcanzado su desgarro vital, un desengaño que no deja indiferente, pero que invita a caminar sonriente sobre la desolación. RO.

Eventualmente paso días enteros sangrando
(por negarme a ser madre).
El vientre vacío sangra
exagerado e implacable como una mujer enamorada.

Si los hijos no salieran nunca
del cuerpo de sus madres
juro que tendría uno ahora mismo
para sentirlo crecer dentro de mí
hasta poseerme como en una sesión espiritista
o como si mi bebé y yo
fuéramos muñecas rusas
una llena de la otra
mamá llena de bebé.

También tendría un hijo
si ellos siempre fueran bebés
y pudiera sostenerlo en mis brazos por encima de la realidad
para que mi niño nunca pusiera los pies en la tierra.

Pero ellos llegan a ser
tan viejos como uno.
No alimentaré a nadie con mi cuerpo
para que viva este suicidio en-cuotas que vivo yo.

Por eso sangro y tengo cólicos
y me aprieto este vientre vacío
y trago pastillas hasta dormirme y olvidar
que me desangro en mi negación.

Rivesaltes

Rivesaltes (en catalán, Ribesaltes) es el particular campo de la vergüenza francés. Al norte de Perpignan, sus ruinas no llegan a desfigurar su función inicial: albergar las sucesivas oleadas de refugiados, víctimas diversas y sospechosos potencialmente peligrosos de la historia francesa de la segunda mitad del siglo XX, no muy diferente en cuanto a concepto de otras vergüenzas ideológicas y políticas de otras latitudes. Los rojos españoles lo estrenaron en 1939 y luego, judíos en tránsito a una vida mejor, gitanos, prisioneros alemanes, colaboracionistas, harkis. Así hasta 1970 en que fue clausurado.
Ribesaltes construirá un memorial a la sombra de unos molinos de viento, de un dramático e involuntario simbolismo.

Ú.

12 de abril de 2008

Cartas


Existem pessoas que rejeitam a modernidade e se aferram aos costumes e tradições. Tomemos como exemplo o hábito de escrever cartas. Quem persiste nessa prática argumenta que nada é mais sincero do que colocar no papel palavras cheias de carinho, vindas direto do coração, e acrescenta que nada se compara ao ato único e pessoal de escrever, do próprio punho, tudo o que lhe vem da alma. Finalmente, acredita que um envelope recheado de noticias, ao chegar ao destinatário, leva também um pouco das emoções do remetente. No filme brasileiro “Central do Brasil”, uma das cenas mais emocionantes é a de Dora: uma mulher de seus cinqüenta e poucos anos, professora primária aposentada, armada de mesinha e cadeira toscas, se posta na imensa e tumultuada gare da Central do Brasil, no Rio de Janeiro. Ali, ela se coloca à disposição de analfabetos saudosos e carentes de uma comunicação com seus entes queridos. Por ironia, a velha professora, órfã e solitária, não tem para quem enviar cartas. Sua condição feminina sucumbe ao peso de uma vida vazia e depressiva; escreve cartas, menos por bondade e mais para enganar a solidão. Há também um complexo diabólico no ato dessa singular tradutora de sentimentos alheios: ela nunca envia as cartas que escreve. A própria atriz Fernanda Montenegro, quando na estação de trens, durante as filmagens, escreveu cartas sinceras e verdadeiras para dar realismo às cenas. Mais tarde, cheia de remorsos, confessa jamais ter enviado nenhuma delas. Mas o espectador, na sala mágica do cinema, pôde testemunhar a emoção daquelas pessoas humildes e crédulas, tentando resgatar a distância e a saudade.
García Marques, em sua primorosa obra “El Coronel no tiene quien le escriba”, registra a estória de um homem que espera 25 anos por uma carta com a indenização que lhe tiraria da miséria absoluta. Sempre às sextas-feiras, lá estava ele com sua roupa de festa, à espera do correio. Na verdade, o Coronel - mais do que ninguém - sabia que a espera era inútil, mas fechava os olhos à realidade e agarrava-se ao sonho impossível; não lhe restara alternativa. O livro é uma metáfora sobre a solidão e a velhice. A espera da carta era um antídoto contra a morte. Difícil imaginar tal situação na era da Internet. A tecnologia não alimenta esperanças vãs. As distâncias são vencidas em questão de segundos, e as mensagens chegam com precisão matemática. Não há espaços para ilusões.

11 de abril de 2008

Que cinco años no es nada


Cuesta trabajo aceptar que entre ambas fotos solo median cinco años. De la elegancia un punto altiva de la segunda, las manos un tanto beatíficas sobre el bastón, la mirada en un escorzo cómplice y burlón, el sombrero de fieltro a juego con la foto del fondo, la planta de busto rotundo, a la mirada desaliñada de la primera, el rostro sin afeitar, macilento, desencajado, las gafas descolocadas, la corbata como un nudo de soga corrediza y, finalmente, el aire de tragedia inminente que hasta el observador menos avisado advierte tras esa pose forzada de quien no puede perder más tiempo porque está citado, pocos días después, con la muerte en un oscuro hotelito de Collioure. Y a don Antonio, urbano y gentil como era, siempre le pareció de mala educación hacer esperar a alguien.

10 de abril de 2008

REY LEAR


En un magistral ensayo de atemporalidad y de coetaneidad, esta obra de comienzos del siglo XVII se lleva a escena arriesgando los originales versos y la sobriedad del escenario, para actualizar un drama tan del momento como lo fue en su tiempo, como lo son en toda ocasión aquellas grandes obras que se convierten en clásicos. Este Rey Lear no viste con aire barroco, ni sus hijas llevan vestidos ampulosos. La escenografía importa lo necesario, no para recrear la época, el momento determinado, sino para estar al servicio del texto y de la interpretación de los personajes. La conocida escena del reparto de la herencia, la tormenta, el complot de las dos hijas mayores, el desengaño del rey ante la realidad de sus hijas, su vida ajena a la corte, su pérdida del juicio, su reencuentro con Cornelia, su hija pequeña… Lo esencial de la obra sigue intacto y actual.
Las equivocaciones que comete Lear en el reparto de sus bienes por prejuzgar el comportamiento de su hija Cornelia, el egoísmo de las hijas mayores y su ansia de poder, el abatimiento y la derrota del rey cuando descubre el plan de sus primogénitas, el enfrentamiento entre estas en su carrera de lucha por el poder, ponen de manifiesto los conflictos humanos más significativos de la historia. Especialmente dramáticos por su carga simbólica son el momento de la tormenta, la conversación de Lear y su bufón con los mendigos y las reflexiones totalmente filosóficas que lleva a cabo Lear y el bufón. Nadie debería hacerse viejo sin hacerse antes sabio, le dice éste al rey Lear, con toda la locura y toda la cordura posibles. Priman los instintos humanos por encima de todo.

N.S.

9 de abril de 2008








JACO

Recuerdo mis primeros pasos por Madrid, pasos de “paleto provinciano”, tan asombrado como satisfecho de haber dejado atrás el sirimiri, la boina (que nunca usé) y una identidad fragmentada, consecuencia de las actividades comerciales de mi familia en una pequeña ciudad como Bilbao.

Como explican los psicólogos, la identidad nace en una incierta “fase del espejo” (ver Jacques Lacan) y se va asentando mediante los precipitados de la imagen de uno mismo que los demás te devuelven. Todos tenemos una cierta experiencia, supongo, de notar como una nueva pareja nos devuelve una imagen diferente de nosotros mismos. Pues una nueva ciudad también produce este efecto.

Yo necesitaba a toda costa “fabricarme” una nueva identidad de músico embrionario. Debía de tener prisa por consolidar el efecto especular en los demás para que me devolvieran el personaje fantaseado y velar mi identidad pasada, pues el instrumento que elegí para matricularme en el conservatorio fue el CONTRABAJO.

Llegaba tarde al aprendizaje musical y la idea era alternar el estudio de la flauta travesera (yo quería ser como Ian Anderson, el flautista de Jethro Tull) con otro instrumento de carácter más subalterno,... bueno ya lo he dicho y que San Jaco, mártir de la sinrazón, me perdone. Eso me permitiría encontrar trabajo antes.

Tras cierto número de pensiones y pisos de acogida (familia y amigos de), aunque la imagen especular desde luego que era contundente (el contrabajo encima de la vaca de un taxi con sus pulpos y tal), hubo que sacrificar el plus de identidad musical que ese bello instrumento proporcionaba. Un instrumento heroico no sólo por su tamaño y sus servidumbres de todo tipo sino además y sobretodo por su papel de sostén armónico y rítmico para el lucimiento de otros: los solistas.

Quizá Jaco sufrió un enamoramiento repentino, como el personaje de una película de Fellini (creo que “La Orquesta”), que confiesa: “La vi tan sola en una esquina del conservatorio que inmediatamente quedé prendado del instrumento, identificado con él”. Era una tuba: el contrabajo de viento. Lo que Jaco fue es un héroe del bajo eléctrico en el último cuarto del siglo XX. Comenzó a tocarlo cuando se rompió la muñeca, lo que le impidió ser batería como su padre

Junto a Wayne Shorter (Saxo y flauta) y Joe Zawinul (teclados y arreglos), constituyó el núcleo central del mítico grupo Weather Report , adalides de la fusión entre el Jazz y lo que más tarde se llamaría música étnica. Discos como “Heavy weather” y “Black Marquet”, han quedado como clásicos de este tipo de tendencia, aderezada con un poco de rock. Era Jaco un tipo carismático y consciente de su valía y esfuerzo creativo. La técnica instrumental para el bajo eléctrico ya no será igual tras su paso por este mundo. Con él comenzamos a ver los mástiles limpios de trastes, lo que añadió al sonido redondez y a la ejecución elasticidad; su afinación era milimétrica y su desparpajo infinito, su audacia armónica sólo era superada por la velocidad endiablada de sus escalas e improvisaciones y su lirismo intenso y profundo era conmovedor, más consiguiéndolo con “un cacho palo” con cuatro cuerdas gordas como los dedos de un niño.

Su estilo hizo confluir en él el bebop, el rock, el reggae, el R&B y hasta el contrapunto barroco tardío de influencia bachiana. Pues bien este genio (y además era muy guapo) fue trágicamente asesinado por el portero de un club de Jazz (????????),a los 35 años, el Midnight Bottle Club (vaya nombrecito siniestro) que le impidió la entrada, cosa que Jaco consideró insólita para un monstruo de las cuatro cuerdas como él, portador de un temperamento explosivo y un ego salvaje y desmesurado. Pecaron ambos músico y portero de “Hybris”. El gorila le golpeó con cruel insistencia, dejándole ensangrentado en la acera frente al local y en un estado de coma del que ya no regresó.

Por fin alcanzó el nirvana que la fama mundial no le proporcionó y la paz que su espíritu maniaco-depresivo, bipolar dicen hoy, le impidió disfrutar. De todas estas cosas podéis enteraros mejor en el libro de Bill Milkovsk, publicado en Alba Editorial, con ISBN: 978-84-8428-344-7.

Aquí os dejo este chiste de músicos: - Oye, ¿Sabes en qué se parece un solo de contrabajo a la muerte?.
- Pues,... no.
- Pues en que todos lo ven venir pero nadie puede hacer nada por evitarlo.

Seguro que este chiste es anterior al paso de Pastorius por los alrededores del mundo del Jazz. Buscad a Jaco en http://www.youtube.com/ y no habréis perdido el tiempo; os lo aseguro. No os creáis el chiste. KAÑA MITONDO.

FV

La familia Savages


En cierta ocasión el director de una agencia bancaria me espetó: Es que los de Letras sois unos inútiles para la vida. Imagino que si este tipejo ve esta película, saldrá reforzado en su tesis. La peli va de dos hermanos, ya cuarentones, que reciben una llamada en la que se les informa de la demencia de su padre. Hacía años que no sabían nada de él, y tenían sus vidas encauzadas con una cierta seguridad en el plano laboral y una precariedad absiluta en el sentimental. Nada del otro jueves. Y sin embargo, apoyados en un guion impecable, directora y actores se las apañan para componer uno de esos frescos de la vida cotidiana que te desasosiega porque coloca frente al espectador algunos asuntos que obstinadamente nos empeñamos en obviar: la vejez es una mierda, por ejemplo. Absortos como estamos en mil fruslerías para no mirarnos en el espejo del futuro, algo se nos revuelve en las entrañas cuando el personaje interpretado por Hoffman, mirando el impoluto jardín de un asilo, dice: todo esto no es para los viejos; ahí dentro huele a mierda y a meados; esto es solo para que los hijos podamos lavar nuestras conciencias. Y tampoco mucho, añado: hay sequía. Vayan a verla, amigos.

7 de abril de 2008

DELISIOSA PREMIASIÓN


El viernes 4 de abril mientras se quebraban los termómetros del invierno en Salamanca, en la Plaza de los Bandos se celebraba la entrega de premios del Concurso Internacional de Cuentos Miguel de Unamuno. Los premiados Juan Carlos Fernández León, Miguel Sánchez Robles y María de las Nieves Morales, cual estrellas de cine, brillaban bajo los flashes fotográficos, repartían palabras de agradecimiento y firmaban los ejemplares de sus cuentos. Mas tuvieron grata recompensa. Víctor García de la Concha, Director de la R.A.E.L. y presidente del jurado, les miraba a los ojos con el entusiasmo de un lector en trance cuando deshojaba la margarita estética de sus cuentos, cuyo último pétalo musitaba sí.
De Anamnesis de la cubana María de las Nieves Morales, que acudió a la “premiasión” para recompensar a su quijotesco personaje que no pudo venir a España por los magos encantadores del régimen isleño, resaltó la calidad del relato y la fusión de vida y literatura. De Melancolía de las muchachas que se llaman Naike del murciano Miguel Sánchez Robles, que ha publicado recientemente una novela titulada Donde empieza la nada (editorial Algaida), celebró su estilo moderno y sus imágenes naïf llenas de desolación y de ternura. Del relato ganador Curso del 81 del madrileño y compañero de nuestro blog Juan Carlos Fernández León, elogió su sorprendente estructura lírica, parecida a una composición musical, y sus espléndidos hallazgos expresivos para narrar las ansias de libertad y los sueños infantiles rotos como una pelota de papel de plata.
Y la celebración fue deviniendo “delisiosa” cuando el actor argentino Miguel Ángel Solá recitó dulcemente el Curso del 81 al que definió como un delirio de hormigas enamoradas que van llevando al hormiguero su petalito de rosa y su gotita de rocío.
No obstante, la verdadera protagonista de la velada se llamaba Silvia Bragante, parece ser que tenía misiles en sus ojos y alguna fruta desconocida pegada en los labios y se afirmaba que era muy atrevida en el beso. No hubo catedrático ni tuno que no le rindiera pleitesía. RO.

6 de abril de 2008

Lucio


El otro día proyectaron en Le Majestic el documental Lucio, de Aitor Arregi, dentro del ciclo del Cervantes Espagnolas en Passy.
Si la vida del anarquista Lucio Urtubia merece ser contada, el episodio de las falsificaciones de los cheques de viaje es de antología, porque desborda el ámbito político para entrar en los dilemas de la vida misma.
La película acierta al contar el episodio desde el doble punto de vista del falsificador Lucio y del estafado, el City Bank, que representa un ejecutivo anónimo norteamericano, al que sorprende, por ejemplo, que el gobierno de François Miterrand se pusiera en contacto con ellos para buscar una salida al caso. En el banco debieron pensar que era el colmo que un albañil anarquista que les estafaba en toda Europa tuviera contactos con el gobierno de París.
El remate es que, además, le propusieran pagar por el pacto, ejemplo vivo del juego del prisionero: para detener la estafa, el falsificador Lucio, preso y a punto de ser procesado, les propone pagar por las planchas y si te he visto no me acuerdo. De no aceptar, el banco podría obtener la condena de Lucio, pero las máquinas seguirían emitiendo falsos cheques de viaje. Aceptaron. Cornudos, apaleados y agradecidos.

Ú.

5 de abril de 2008

Alvorada e Crepúsculo



Há dois momentos marcantes no dia: o anoitecer e o amanhecer. Nada a ver com o movimento de rotação da terra, nem com a mudança de comportamento dos seres vivos na presença, ou ausência, da luz. Em geral, as noites costumam ser mais suaves que as manhãs. Não estão em foco aqui os dias calmos e as noites de aflição, nem os notívagos, que são uma exceção, assim como os trabalhadores noturnos. Em geral, a noite traz em seu bojo a paz, o aconchego e a ilusória sensação de agenda cumprida. A manhã é sempre uma incógnita: agita a alma, aponta tarefas, preocupa com seus desafios e responsabilidades rotineiras. A noite é tolerante, respeita limites; é boêmia e ilude com a sensação de grandiosidade. A alvorada antecede a manhã e, ao contrario do crepúsculo, nos alerta, exige e desperta. E, quando o ocaso chega, a mente relaxa e, mesmo sem cumprir todas as tarefas exigidas pelo cotidiano, o ser se entrega e posterga. O corpo acolhe a alma e pode até dormir em paz. Dizem que, no paraíso, o homem não conhecia o cansaço, mas não conhecia também a ternura do repouso e do silêncio. Não se questiona a beleza dos dias ensolarados, nem do efeito maravilhoso da luz sobre a natureza. Mas é a noite, com sua ausência de luz, que prepara o espetáculo da aurora. E, mesmo o poeta, quando diz que a noite é triste, reflete e se entrega no final: “a noite é curta para quem dorme; a noite é longa para quem vela. Quem vela sabe que a noite é triste; quem dorme sonha que a noite é bela” (J J Leandro).

4 de abril de 2008

From here to eternity

En una reciente encuesta, este beso entre Deborah Kerr y Burt Lancaster, en De aquí a la eternidad, salió elegido como el mejor beso cinematográfico. No es de extrañar. Hay un correlato, un paralelismo tan acusado, una fusión tan telúrica entre los elementos naturales y los personajes, que uno puede establecer inmediatas y obvias asociaciones entre la ola espumosa que amenaza con anegarlos, la roca mojada ocultándolos del mundo y el cuerpo bicéfalo que parece levitar sobre el lecho arenoso.

3 de abril de 2008

Amazonas


Legendario pueblo de mujeres guerreras descendientes de Ares, dios de la guerra y de la ninfa Harmonía.
Con esta nueva exposición denominada Amazonas del Arte Nuevo, en la Fundación Mapfre nos quieren recordar que las mujeres tuvieron un gran papel en el desarrollo del arte moderno, la muestra aborda las creaciones de diferentes autoras y pertenecientes a distintos estilos, desde 1880 hasta 1950.
Continuamente cuestionadas por el sistema, vigiladas por su entorno e ignoradas por la historia, tuvieron que unirse para poder formarse como artistas, ya que no les estaba permitida la entrada a las escuelas oficiales de arte si no era en calidad de modelo.
Estas artistas mujeres, no pretendían difundir un arte femenino, ni siquiera feminista, sino un arte sobre la búsqueda de sí mismas, como protagonistas de su obra; ellas y su entorno más cercano, para así poder construir un mundo con menos exclusiones.
En cierta manera, es lógico que la mayoría de estas artistas fueran lesbianas, ya que en el París de principios de siglo, ser lesbiana tenía una parte de elección intelectual, era la manera de afirmar una independencia total, al margen de las normas sociales.
Walter Benjamín escribió:”La lesbiana es la heroína de la modernidad”

G.S.

2 de abril de 2008

La Folie du Docteur Tube (Abel Gance 1915)


Stultifera Nauis


Pese a que cualquier intento de impermeabilización de la psique acaba irremediablemente en mero travestismo cognitivo, la apología de la neurosis parece no encontrar ya cabida en una teoría de la interpretación fílmica moderna.

No esperemos de La Folie du Docteur Tube, pues, ningún lunatismo mesiánico. Esa sabiduría inoportuna, tan del gusto del erasmismo, se convierte en manos de Abel Gance en una celebración de la extrañeza, una simpatheia cómica poseída, en último término, por una fe científica que convierte a los iluminados en enfermos.

Así, de manos de uno de los maestros indiscutibles de la realización cinematográfica, la cámara se afila transformándose en una suerte de bisturí mecánico.

La demencia, antes Sibila délfica, se fundamenta ahora en la propia objetivación psiquiátrica de sus efectos (este filme es, quizá, uno de los primeros ejemplos de anamorfosis óptica) mientras que el loco, encerrado en la jaula de sus adentros, pide a gritos la extracción de su propia piedra de la locura.

M.V.

1 de abril de 2008

SATCHMO



Tantos títulos relacionados con lo comestible en el mundo del jazz primitivo, deben de estar relacionados con los escenarios de miseria en los que surgió esa nueva música denominada JAZZ, esa flor de estercolero: "Struttin with some barbecue", "Cornet chop suey", "Potato head blues", "Hot chocolates",... hacen que antes de que suene el primer compás ya estemos salivando, relamiéndonos.

En un barrio de Nueva Orleans (N.O.), en la húmeda Louissiana, entre el alcohol, las drogas, el juego, la violencia y la prostitución va a nacer, como una salvaje orquídea, el Jazz. A los cinco años, un niño llamado Louis se traslada con sus pedres a un barrio del tercer distrito de N.O. Poéticamente y quizá también premonitoriamente, su nueva casa está en la esquina de Perdido y Liberty. Dos momentos esenciales e inevitables en la experiencia jazzística auténtica. Este género que va a salir, entre otras, de esa "dippermouth" (mote de Louis), de esa boca profunda, de esa "bocabolso" (satchmo, otro apodo de Armstrong),de esos labios gruesos de ese corazón sensible y fuerte.

Celebrando un año nuevo en los navideños EE.UU., dispara al aire una pistola y es detenido y encerrado en un reformatorio, un penal para menores (Armstrong tiene 13años), en cuya orquesta se integra como premio a su buena conducta. Allí aprende los rudimentos del oficio musical y al abandonar la institución, el director le presta una trompeta de calidad profesional hasta que Louis decida devolvérsela.

Ya es muy conocido entre los músicos de la zona cuando decide aprender a leer partituras, pues el trabajo, el dinero está en las bandas, grupos de músicos grandes que están de moda. Por lo visto Pavarotti aprendió lo básico de la lectura musical ya bordeando el final de su carrera. A ninguno de los dos, la falta de este aspecto del aprendizaje musical, les impidió expresarse y de qué modo. Esto nos anima a considerar prioritario en el aprendizaje musical lo expresivo, lo vivencial por delante de los constructos teóricos y de la semiótica musical.

Aunque durante un tiempo se divulgó, interesadamente, que Louis había nacido un 4 de Julio, fiesta patriótica de la independencia norteamericana (para hacer de él un icono de cierta idea nacionalista del país), lo cierto es que Pops (otro sobrenombre)es un auténtico LEO zodiacal, nacido el 4 de Agosto de 1901. Como tal o vaya Vd. a saber, en su etapa de éxito no va a tolerar a otras personalidades fuertes a su lado; una víctima, entre otras, de esta actitud será el gran clarinetista Sidney Bechet. Armstrong es un hombre fuerte que ha sabido sortear los obstáculos de su origen, hijo de una prostituta y de un humilde empleado de un pequeña fábrica de aguarrás, presidiario a los 13 años, pobre y negro en el profundo Sur de los EE.UU.

No sólo sobrevive a la mala vida asociada a la inevitable noctambulidad del oficio de músico, sino también a cuatro matrimonios: con Daisy, Lil, Alpha y Lucille. Su segunda mujer Lil es pianista y comparte escenario con su marido. 40 años después de su separación, Lil morirá en el escenario tocando un solo de piano precisamente durante un homenaje a..., adivina,...: su exmarido Louis.

En 1949 es ya tan famoso que es nombrado "Rey de los zulús", título honorífico concedido en la fiesta del "Mardi Grass", que se celebra anualmente en N.O. Siempre me he preguntado si querrá decir: el graso Martes, el gran Martes o quizá la yerba del Martes. Saber por fin que el Sr. Armstrong fue un aficionado a fumar marijuana, no ha hecho sino aumentar mi simpatía por él. A alguien nacido en la esquina de la calle Liberty con Perdido no puede venir ninguna DEA (entidad encargada de la persecución de sustancias ilegales en los EE.UU.) a planificarle su conducta como si tuviera 7 años, vulgo "a tocarle los...". Se aficionó en su época en Chicago, a donde tuvieron que emigrar muchos músicos al prohibirse la prostitución en Storyville y arreciar la ley seca, lo que provocó el cierre de numerosos garitos en los que además de las actividades prohibidas, se interpretaba la incipiente música improvisada. Al respecto de la yerba, tenemos un par de frases de Louis: "Es mil veces mejor que el whisky". "Es mi secretaria y amiga; produce una borrachera estupenda y es muy buena para el asma y los bronquios y relaja los nervios". Es más, quiso titular su tercer libro de memorias como "GAGE", el nombre de una variedad jamaicana de "María" muy fuerte.

El puritano Don Fidel, Castro, por supuesto, prohibió ambas cosas en su isla, el Jazz y la hierba de los enanitos; dos motivos, entre otros para no ser partidario acérrimo de la revolución: Si vas a cambiar el catecismo cristiano por tu propio catecismo caribeño, ¡ahí te quedas, comandante!.

Aunque en la línea de la invención de su nacimiento un día 4 de Julio (lo que fue desmentido por el hallazgo de su certificado de bautismo en la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús de N.O. por el investigador Gary Hiddins),también se habló de su anticomunismo, no fue éste el motivo de su renuncia a representar al gobierno de D. Eisenhower como embajador de buena voluntad en la URSS. Satchmo se negó a representar a un gobierno que no su enfrentó clara y directamente a la negativa de los blancos racistas de Little Rock (Arkansas, patria chica del futuro presidente B. Clinton) a escolarizar juntos a niños blancos y negros, desoyendo las sentencias del tribunal supremo de los EE.UU. de América.
Otro gran trompetista (este de clase media, hijo de un médico)llamado Miles Davis acusó a Louis de ser un pusilánime Tío Tom, payaso de los blancos, de no usar su prestigio para criticar al poder blanco y racista. Miles tenía, como todos los grandes drogadictos muy mala leche y además él, Miles, nunca había sido un pobre negro como Louis, en el sentido económico y con su correlato emocional de respeto irracional a los poderosos.

Cuando los labios de Pops estaban ya muy castigados, surgió en su entorno la idea de sustituir la trompeta por la voz en algunos pasajes de sus espectáculos para rebajar la presión sobre su embocadura. Con esa voz expresivamente rota desbancó a los Beatles del número 1 de las listas en el 64 del pasado siglo con el tema "Hello Dolly" y en el 68 repitió hazaña con su versión de "What a wonderfull world". Esa voz cazallera, como decimos en España, junto a su pañuelo blanco para el sudor, su sonrisa luminosa y ese "Oh yeah!", colofón de muchas de sus interpretaciones, conformaron universalmente el personaje, dignificador de un grupo humano que ha sufrido terriblemente como pocos y que representa con orgullo un nuevo lenguaje musical libre, nacido de las cenizas de la esclavitud: el JAZZ. Ha superado a "blanquitos" como Aaron Copland (excelente compositor clásico), que parecían abocados a ser la imagen artística de un siglo como el XX en la cultura de los EE.UU.

¿Qué es el Jazz?, le preguntaron una vez en una entrevista. "Si tienes que preguntarlo, nunca lo sabrás", contesto Pops, remarcando que el jazz es más una experiencia que un constructo intelectual. Y para finalizar unas bellas palabras de Duke Ellington sobre Louis: "Nació pobre, murió rico y nunca dañó a nadie por el camino". KAÑA MITONDO.

FV