16 de junio de 2008

Antes que el diablo sepa que has muerto, de Sydney Lumet



El cine de Sydney Lumet en sus más de treinta películas a lo largo de cuatro décadas ha fluctuado entre la corrección y el buen hacer, aunque en muy pocas ocasiones se ha aproximado a la maestría. Ha explorado el thriller en casi todas sus películas, algunas tan conocidas como El abogado del diablo, Bajo sospecha, Serpico o Equus, magnífico análisis freudiano de un hombre-caballo. En Antes que el diablo sepa que has muerto, su último filme, insiste en esa misma línea de ensayar el género, el thriller, pero con alguna novedad. Tachado de director clasicista, en esta película Lumet se acerca a la modernidad narrativa con una estructura dispuesta a base de flash backs y flash forwards que dan a la historia una apariencia de frescura que no poseían sus anteriores películas. Uno más de esos artefactos de relojería que tanto se agradecen.
Pero la perfección estructural no me ha llamado en absoluto la atención, sino la óptica desesperanzada de la historia. Dos hermanos conciben un atraco perfecto: asaltar la joyería de sus padres. Ambos, dos yuppies venidos a menos, uno por su adicción a la heroína y el otro por culpa del juego, representan la degradación del ser humano, la decadencia, la silueta marchita del perdedor. Ambos comparten a la misma amante, mujer del hermano mayor. En el atraco, la madre de los periñanes muere asesinada. Surge la envidia entre los hermanos, la rivalidad. En el desenlace el padre resuelve la historia de la manera más negra que podamos esperar.
En resumidas cuentas, Lumet nos está hablando de la familia. De la carcoma de la institución, de su fracaso, de su irremediable fin. Una absoluta obra maestra de la negación.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Sepan vuesas mercedes, porque es de justicia, que el anónimo autor de esta entrada acaba de recibir otro prestigioso premio, esta vez en Ávila. Todo un bloguero que limpia, fija y da esplendor. Enhorabuena, dilecto camarada.