24 de junio de 2008

Agur

Hace cuatro meses se me ocurrió crear un blog colectivo, en el que cada miembro del grupo tuviese un día y un tema específicos. Se tocarían varios palos: música, cine, bellas artes, literatura, fotografía... A lo largo de este periodo, por diferentes motivos, son varios los participantes que se han ido dando de baja en la compañía. Asumo mi parte de culpa: nunca debería haber permitido que algunas personas utilizaran los comentarios a las entradas para solventar asuntos personales, que tienen en los correos personales su cauce normal y, mucho menos, haber participado yo mismo en esas suplantaciones. Por otra parte, el hecho de que fuese el nexo de unión con otros autores, me ha dado un protagonismo no solo excesivo, sino también claramente injusto. Sospecho que la idea del blog era impecable en teoría, pero se ha demostrado un fracaso en la práctica. Más que acercamientos, este blog ha provocado alguna que otra suspicacia y, también, más de una enmienda a la totalidad. Pido disculpas por no haberlo sabido gestionar y disculpas también a todos cuantos he embarcado en el proyecto. Tal vez alguien lo retome, con mayor fortuna y pericia, a partir de ahora. Agur.
Juan Fernández Sánchez

23 de junio de 2008

Carla, tienes nombre de topo


Estaban los medios franceses debatiendo si Sarkozy los controlaba y va su esposa y se opone a publicitar su nuevo disco, diciendo que lo suyo no es publicidad. Al menos servirá de modelo para otros artistas del no quiero que se note.
Carla Bruni-Sarkozy duplica o triplica las adhesiones de su marido, porque a las habituales de derechas une las de izquierdas y hasta el lado people, que se dice aquí, de la prensa. Ahí tenemos a Liberation bebiendo sus vientos, con cinco páginas dedicadas a un personaje epidérmicamente de izquierdas. En febrero, cuando L’Express publicó una larguísima entrevista y le dedicó su portada vendió 600.000 ejemplares.
Y es que, al final, en esto del periodismo todo es mercancía.
Ú.

21 de junio de 2008

Homenagem



Hoje, ficou fácil escolher o assunto. Nenhum tema seria mais apropriado que falar sobre o êxito do nosso companheiro de blog. A notícia da premiação do romance “El Canadiense”, de Juan Fernández Sánchez, não chegou a ser uma surpresa. Sabíamos das chances, por conhecer a qualidade e a criatividade do texto. Mas, em se tratando de concursos, tudo poderia acontecer.
Felizmente, não deu outra: e aí está o querido companheiro, com currículo e bolso literalmente enriquecidos.
Descobri o escritor por acaso, na Internet. Era um dia chuvoso de janeiro, e eu procurava textos para treinar meu espanhol. Um conto premiado, “La Memória de las Cosas”, chamou minha atenção. Lembro-me que fiz um tímido comentário, logo respondido pelo autor de forma simpática e solícita. Outros relatos vieram, e também uma linda amizade.
No principio, muito cerimoniosamente, tratava o nosso homenageado por “usted”, posto que se tratava de um “senhor escritor”. Juan não tardou a reagir, dizendo que não passava de um simples professor e que, além do mais, não era tão velho assim para merecer tal tratamento. Com esforço, passei ao “tuteo”, posto que minha condição de leitora incondicional sempre exigia uma certa reverência.
Hoje, estou duplamente orgulhosa: afinal, o escritor recebe um importante e merecido prêmio, e a leitora confirma um “faro” razoavelmente apurado para descobrir boa literatura.
Parabéns, senhor escritor! Usted es un “craque de bola”!

20 de junio de 2008

Belleza


Cuentan que el conde de Servois, momentos antes de ser decapatido, observó el astil del hacha del verdugo y al comprobar que se trataba de una madera vulgar, musitó: qué falta de clase. Personalmente, preferiría que mi última visión antes de abandonar este mundo fuese como la de la imagen. Los brazos paralelos sujetando la cabeza, a la manera de un Atlante sofisticado, parecen sugerir una turbadora mezcla de pesadumbre y desafío. También el único ojo mostrado participa a la vez de un aire de desvalimiento e invitación a la sima del placer sin fronteras. Esa leve inclinación de la cara también puede ser bien un interrogante bien la respuesta a nuestras plegarias. El rojo carmesí de los labios, la entrada a un laberinto sin salida o la ascensión a los cielos, a la manera platónica. Uno no sabe si acudir al rescate o emprender la huida antes de que ese rostro inmensamente bello nos calcine.
(mi agradecimiento tanto a Guadalupe Sánchez, la fotógrafa, como a Isabel, la modelo. Deberán clicar en la foto para eliminar el fondo terráqueo).

18 de junio de 2008

TERGIVÉRSATE conmigo.

CONSOLACIÓN Y DESCONSUELO

Con la serenidad con que no duele
la desaparición de cualquier rosa,
porque sabemos que otra rosa incólume,
una idéntica rosa sin pecado,
la sustituye al acabar el día,
y porque el orgulloso pensamiento
mantiene preservada en una idea
la rosa perdurable que no muere,
con ese mismo aplomo deberíamos
resignarnos audaces al futuro.

No sería infundado hallar consuelo
en la rueda del ser, que no descansa,
con la seguridad de que ya fuimos
en quienes fueron antes que nosotros,
y con la fe de estar bajo el conjuro
de quienes estarán en otra parte.
No es una insensatez ensimismarnos
para domesticar nuestros temores,
y en la contemplación, fortalecidos,
salirnos de nosotros mansamente.

Igual que no alcanzamos a sufrir
por la fatalidad del primer hombre,
deberíamos vernos a distancia,
disueltos en un tiempo a la deriva,
marchitos como el caso de la rosa,
y no dolernos ya de la fortuna.

Pero por más que busque el pensamiento
darnos consolación con espejismos,
el pensamiento es quien nos desconsuela.
Si la rosa pensara, lloraría
la suerte de saber que es una rosa.
Si nuestra inteligencia fuese justa,
se compadecería en los extraños
que han sido y que serán, como quien pierde
durante la batalla a su gemelo.

Si observamos con alma equitativa,
con humilde prudencia redentora,
todo es irrepetible en su infortunio,
no hay nada que no tenga intimidad,
no hay nada que merezca su destino,
ni nada que nos libre de este peso:
saber que somos los inconsolables.

Metales pesados (2001), Carlos Marzal.


Para JF y MV,
dice Félix Grande
"en el amor no existe
lo verdadero sin lo irreparable."

16 de junio de 2008

Antes que el diablo sepa que has muerto, de Sydney Lumet



El cine de Sydney Lumet en sus más de treinta películas a lo largo de cuatro décadas ha fluctuado entre la corrección y el buen hacer, aunque en muy pocas ocasiones se ha aproximado a la maestría. Ha explorado el thriller en casi todas sus películas, algunas tan conocidas como El abogado del diablo, Bajo sospecha, Serpico o Equus, magnífico análisis freudiano de un hombre-caballo. En Antes que el diablo sepa que has muerto, su último filme, insiste en esa misma línea de ensayar el género, el thriller, pero con alguna novedad. Tachado de director clasicista, en esta película Lumet se acerca a la modernidad narrativa con una estructura dispuesta a base de flash backs y flash forwards que dan a la historia una apariencia de frescura que no poseían sus anteriores películas. Uno más de esos artefactos de relojería que tanto se agradecen.
Pero la perfección estructural no me ha llamado en absoluto la atención, sino la óptica desesperanzada de la historia. Dos hermanos conciben un atraco perfecto: asaltar la joyería de sus padres. Ambos, dos yuppies venidos a menos, uno por su adicción a la heroína y el otro por culpa del juego, representan la degradación del ser humano, la decadencia, la silueta marchita del perdedor. Ambos comparten a la misma amante, mujer del hermano mayor. En el atraco, la madre de los periñanes muere asesinada. Surge la envidia entre los hermanos, la rivalidad. En el desenlace el padre resuelve la historia de la manera más negra que podamos esperar.
En resumidas cuentas, Lumet nos está hablando de la familia. De la carcoma de la institución, de su fracaso, de su irremediable fin. Una absoluta obra maestra de la negación.

15 de junio de 2008

Impasible el ademán irlandés


Compleja la democracia, un hombre un voto y nadie tiene más derechos por razones de nacimiento, clase, religión, sexo o nacionalidad. Luego vienen los reglamentos y no es exactamente así. El matiz tiene su interés. Por ejemplo, cuando los franceses dicen no es no, para todos. Cuando los irlandeses dicen no solo es para ellos. O, si nos ponemos groseros, para su culo.
Puede ser sano decirles a los irlandeses que el uno por ciento de la población europea no puede vetar un tratado con el que está de acuerdo el otro 99. Pero esas no eran las reglas antes de votar.
Impasible el ademán, haced como si no hubieran votado no.

Ú.

Surpresas



Não sei o que é melhor: se receber ou fazer uma surpresa. Talvez preparar uma surpresa seja mais emocionante. É muito bom imaginar a reação da pessoa que a recebe. Arquitetar uma surpresa, porém, exige criatividade, tato, uma relativa intimidade com a situação, e muito bom senso.
Imperdoável, por exemplo, é a situação hipotética de um grupo de amigos, vestidos de festa e com as mãos vazias, que se encaminha para a casa de alguém à guisa de surpresa. Fácil será encontrar esse alguém de “peignoir”, descabelado e com a geladeira vazia. Se a vítima for mulher, pior ainda! Seria de bom tom contar, pelo menos, com a cumplicidade da família para evitar uma “saia justa”.
Surpresas também podem ser perigosas. Imagine chegar de soslaio na casa do bem-amado que está ausente, encher romanticamente a casa de velas e sair de fininho. Depois, emocionada, postar-se em lugar estratégico, à espera da reação. Pode ocorrer que a fumaceira das velas chame a atenção dos vizinhos e que o Corpo de Bombeiros chegue antes do homenageado. Então o tiro sai pela culatra...
Mas há também surpresas muito bem-vindas, como um presente de bom gosto, acompanhado de um cartão carinhoso, onde o companheiro de anos reafirma a vontade de seguir o namoro. Aí cai a sopa no mel!
Uma surpresa bem sucedida, daquelas que arranca lágrimas de alegria, pode também nos deixar mal acostumados e acarretar imensas frustrações. Contra isso, devemos estar vacinados! Melhor é não esperar muito, não sonhar em demasia e deixar que a vida nos leve, sem expectativas exageradas. É indispensável controlar a ansiedade e se, em último caso, o coração ainda teima em sonhar, é hora de seguir o conselho do compositor andaluz Joaquín Sabina: "... y si protesta el corazón, en la farmacia puedes preguntar: ?tiene pastillas para no soñar?"

13 de junio de 2008

Eugene Smith

Tras las heridas sufridas en la II Guerra Mundial, el fotógrafo Eugene Smith estuvo dos años sin poder realizar una sola fotografía. Con la retina aún inundada por las dantescas imágenes bélicas, decidió que la primera que hiciera tras un silencio tan largo, representaría todo lo contrario a cuanto había visto en los campos de batalla. El nihilismo daría paso a la inocencia, la negrura a la luz, la muerte a la vida, el pasado al futuro. Se trataba de dejar atrás la sinrazón y el miedo, y para todo ello eligió a sus dos hijos como modelos. Ignoramos lo que el viaje iniciático que con tanta ligereza como decisión emprenden les deparará. Es un túnel de luz quien les reclama y convoca. Ellos, claro, lo ignoran, pero su padre, el propio fotógrafo, se ha quedado unos cuantos metros detrás para cubrirles las espaldas. Sabe que, después de todo, entre los árboles bien se puede hallar escondido algún ogro francotirador. En ese caso, prefiere ser él quien dispare primero.

12 de junio de 2008

Vacío perfecto


Todos nosotros hemos imaginado alguna vez una historia y la hemos continuado, conscientemente o no, recién despertados de un sueño o en cualquier momento cotidiano de abstracción y evasión total. No debe resultarnos extraño, pues, imaginar un libro cuyo contenido sean las críticas literarias de libros que no existen y que alguien, su autor, no ha creado la historia primero, y después su crítica, sino que a partir de unas críticas de libros ficticios da a conocer una historia. Y sí, ya había precedentes borgianos, por ejemplo, pero el autor de esta obra es Lem. Su erudición está presente en estos textos, espejos de pensamientos, tesis filosóficas más complejas de argumentar. El recurso de lo imaginario en lo imaginado permite además hacer uso de la ironía, incluso de la parodia, de modo magistral. La intertextualidad funciona al intentar asociar incluso a las críticas algunas obras literarias, así como la inevitable relación entre autores ficticios y reales. Vacío perfecto es una obra mítica. Como anécdota, la crítica de Gigamesh, de un tal Patrick Hannahan, tercer texto de Vacío perfecto, inspiró la existencia de una editorial española, y tal vez no sea el único motivo de inspiración de estos textos. N.S.

11 de junio de 2008

TERGIVÉRSATE, Días del bosque de Vicente Valero


“Esta bien que mi alma vaya al bosque, que la conozcan todos. Que aprenda a respirar de otra manera. Que ya no tenga miedo de sí misma.”

Un día, me perdí en el bosque de palabras de Vicente Valero. Me adentré solo, de noche, casi en secreto. Allí descubrí un río de aguas oscuras, hiedras creciendo por el tronco amargo de los árboles, raíces atormentadas, líquenes húmedos…
Yo también llegué al bosque de palabras herido por los espinos. En él, pisaba sus hojas secas, las huellas que el poeta había dejado marcadas en el camino, pero no lograba descifrar el enigma de los símbolos: el cazador, el ciervo, el aviador, el mirlo…
Sin embargo, a pesar de la oscuridad, de la noche que me rodeaba, había luz bajo las palabras caídas como hojas, paz escondida en la prosa rítmica, un ojo amante que se confundía con la naturaleza o con una fuerza divina.
He vuelto, hoy, a ese lugar. Con las copiosas lluvias de la primavera, el bosque de palabras se ha expandido.
Siento que todavía no he recorrido su territorio más íntimo. MLS

XXIV

Una gota mía de sudor en el bosque hará crecer el árbol de la sed. Bajo la sombra de este árbol, algún día, tal vez, descansen otros caminantes.

Tal vez, bajo la sombra de este árbol, algún día, las palabras del bosque vuelvan a ser escuchadas, cierto ciervo que vi vuelva a ser visto.

Que una gota mía de sudor pueda ser esto.


Días del bosque, VICENTE VALERO, ed. visor 2008.

XX Premio Internacional de Poesía Fundación Loewe.

10 de junio de 2008

Laurence

Hay gentes que se plantan a las primeras de cambio, no piden más cartas, se conforman con una mustia pareja para ir tirando e invierten su tiempo en sacarle lustre, pasearla los domingos y fiestas de guardar, formar una buena familia, una familia como dios manda, de sólidos valores y fidelidades inquebrantables, con la esperanza de que los retoños medren y sean ciudadanos de provecho, gentes que echan raíces donde les plantan y acaban sus días con manos sarmentosas y planta genuflexa mientras escuchan el responso del vicario y los más allegados vierten unas piadosas lágrimas por tan irreparable pérdida. No seré yo quien lo critique, allá cada cual, ya quedaron atrás los tiempos inquisitoriales y, bien mirado, debe de ser reconfortante gozar del sentimiento tribal, de la filiación clánica. Son gentes partidarias del orden, los colegios de pago, la misa de doce y el vermú de la una, con su oliva o su guinda, no seamos dogmáticos ni nos la cojamos con papel de fumar, de compras en El Corte Inglés y apartamento en la playa, con conocidos de toda la vida con los que echan una partida en la sobremesa, para matar el rato, aderezada con algún que otro pícaro comentario, alguna frase subidita de tono, pero sin excesos.

Y luego está la gente como Laurence, nuestra Lau, romántica viajera, que nos vino de la France y se nos va a la India, siempre de paso, firmemente convencida de que cualquier lugar es bueno para marcharse, otras gentes, otros cielos, otros aires, poner de nuevo a cero los cronómetros, decir no es eso, no es eso, y seguir buscando, abriéndose paso entre la niebla, no importa el país ni el continente, sin perder la compostura, con la elegancia innata de los que saben que el resultado está escrito de antemano pero deciden jugar la partida como si todavía hubiera esperanza, viajando con una bolsa de equipaje casi vacía, un par de mudas, un abrigo, ya se sabe que el tiempo es variable, alguna blusa, algún pantalón, y media docena de sonrisas, las sonrisas sirven lo mismo para un roto que para un descosido, para apaciguar al policía en la aduana, para invertir el gesto del casero, para ablandar el rostro de mármol del burócrata.

Somos legión los que te echaremos de menos, ese acento levemente gutural con que nos desarmas, tu rostro limpio, tu mirada frontal, la manera con que firmas en el vacío tus cheques sentimentales, la generosidad con la que nos invitas a unas raciones de felicidad en tu casa de El Atazar, la valentía con que desprecias las autopistas y te echas a caminar sin importarte los pronósticos meteorológicos ni los paneles que nos recuerdan que nos pongamos el cinturón, no sé si se refieren al de castidad. Ha sido preciso que estés a punto de irte, en fin, el puto pudor, para que te digamos lo obvio, que te queremos. Buen viaje, amiga. Au revoir.

9 de junio de 2008

TERGIVÉRSATE, pero firme...


No debiera haber llevado el corazón encima, por si me lo quitan. Ya corrí algún riesgo en la mismísima entrada donde, como en los aeropuertos y por nuestra seguridad (por cierto, ¿nadie pensó que sería poco seguro destinar veinte centímetros cuadrados por persona?) te cacheaban y te retiraban los líquidos. Sí, estuvimos en Getafe el sábado en el concierto de Extremoduro, mítica banda de rock “transgresivo” que sigue arrasando entre los jóvenes desde que en 1994 DRO les publicara su primer disco. Pero los jóvenes del 94 ya no somos los mismos, aunque todavía con un puñado de años menos que Robe Iniesta, nos costó mucho fundirnos con el ritmo de sus renovados seguidores (ya nos fundían ellos de vez en cuando muy a nuestro pesar con su típico baile al golpe). A pesar de ello, todos entonábamos los mismos himnos hipnotizados por la fuerza de su música (que no pasa nada, me tiemblan los pies a su lado, cáceresdos alcalámeco puertodesantamaría, ¿cuánto más necesito para ser dios, dios, dios?). Yo eché mucho de menos mi espacio vital para zarandear mi melena y seguir el punteo con mi guitarra muslera. También eché en falta la voz del Robe ensordecida por miles de voces que gritaban cada palabra a la perfección y sin dudar, nadie había estudiado pero nadie se quedó en blanco. La próxima vez prefiero quedarme en casa y que alguno de los veinte mil (cualquiera tiene todos los instrumentos, doy fe de ello) me llame por teléfono ofreciendo sonido e imagen en directo. RO.

Sucede


*"Sucede que me canso de ser hombre"*
Sucede que me canso de mi piel y de mi cara
y sucede que se me ha alegrado el día ¡coño!
al ver al sol secándose, en tu ventana: tus bragas.

Empiezo a solas, sigo por ti y no comprendo nada,
desato tormentas sin rechistar,
sácame algún día del corral,
necesito salir.

Yo me quedé con su olor, ella me arrancó la piel,
me dijo justo al final: no quiero volverte a ver.
¡Eh, lejos de mí!
deja que corra el aire, no te quemes, va a salir el sol.
¡Sol déjame en paz!
La luna me ilumina, en esta ruina entra la claridad.
¿Quién quiere saber?
si estoy quemado o escondo un corazón helado
y quema mi ser.
¿Ser? No he vuelto a ser el mismo
desde que se fue Gillespie, Zappa, Mercury, Camarón
y me siento mejor
si sé que tengo una estrellita pequeñita pero firme.

*Frase extraída del poema "Walking around" de Pablo Neruda

A vmfm with love. Y a mis alumnos, para que mañana
recuerden sin dudar, por lo menos a Machado, Hernández y Neruda.

The dead girl


Que el postmodernismo mantiene su vigor en las artes de hoy día lo demuestran películas como The dead girl de Karen Moncrieff, directora que proviene del mundo de la televisión. Asistimos en ella a un análisis del alma femenina, fragmentado en cinco capítulos, a priori inconexos, que están protagonizados por cinco mujeres. Toni Collete y Brittany Murphy, dos actrices excelentes, bordan sus papeles. Es una película idónea para espectadores que gusten de puzzles, de estructuras descabaladas que van buscando su coherencia poco a poco. En The dead girl se logra al final una visión caleidoscópica y perspectivista del asunto, la muerte violenta de una joven. La atmósfera es turbia y su banda sonora turbadora. Lo más interesante, a mi parecer, es el estudio de esas cinco mujeres protagonistas, todas ellas poseedoras de un carácter entre mórbido y enfermizo que les otorga un interés fuera de todas las dudas. No es una de esas historias de investigación de un crimen, sino el estudio de la mujer muerta, en general, la que está asfixiada por sus circunstancias vitales. No es casualidad que el único personaje masculino de peso sea un asesino en serie.

8 de junio de 2008

Ella no era virgen


¿Debe ser la virginidad (o su pérdida) motivo de pleito jurídico? En Francia, sí.
Todo a cuento de una sentencia en la que el juez atiende una demanda de anulación de matrimonio por ‘vicio de consentimiento que anula el acto matrimonial’. La chica musulmana no es virgen y ha mentido al negarlo. El juez dice que la causa no es la virginidad (su falta, se entiende), sino la mentira.
Ni Putas ni Sumisas cambia de lema por un momento y se autoparodian con un Ni Vírgenes ni Sumisas. Aseguran que es una fatwa contra la mujer y la entrada de la sharía en la legislación francesa. ¿Y por qué no se recurre la pérdida de la virginidad en el hombre?, se preguntan.
La ministra de Justicia, Rashida Dati, otra musulmana a la que los socialistas no consiguieron hundir en su barrio (lo dijo ella en la Asamblea), sino triunfar en sus estudios y llegar a ministra (como la protagonista de la canción de Martirio, que hace un curso de informática y por fin encuentra trabajo), ordena recurrir la sentencia, que en principio le pareció impecable.
¿Acabaré viendo a la chica de Lille en un programa del corazón contando cómo perdió su virginidad? En un lado, el público que la jalea y, al otro, el que la silva.
Semos insasiables.

Ú.

De justicia (donde dije diego...)

Que Ú me perdone por esta intromisión en su día de guardia bloguera, pero es de justicia agradecer al bueno de Manolo, el formidable diseño que nos ha regalado.

7 de junio de 2008

Velho Tema

Alguns temas caducam, mas não morrem. Um exemplo é a questão da felicidade. O tema, devidamente exaurido pelas discutíveis mensagens de auto-ajuda, está sempre em pauta e pode ganhar enfoques interessantes. Os poetas, que chegam primeiro em qualquer assunto, dizem que “a felicidade existe, sim, mas nós não a alcançamos. Porque está sempre apenas onde a pomos, e nunca a pomos onde nós estamos”.
Os psicólogos afirmam que essa sensação de bem-estar que teimamos em não perceber no dia-a-dia é um real estado de êxtase que nos atinge nos momentos de prazer. E, sendo algo extremamente subjetivo, varia de pessoa para pessoa, e até de posição social e econômica. Uma catadora de papel, Guilhermina Silva, diz que para ela a felicidade é um “truque”, referindo-se a artifícios que inventa para gerar momentos de alegria numa vida de quase miséria.
Segundo Aristóteles, a felicidade é tida como bem supremo, pois a escolhemos sempre por si mesma, e nunca por causa de algo mais, ou de algum interesse externo. Ele a considera como a grande mola propulsora das conquistas humanas, posto que nos leva invariavelmente à ação.
E nós, simples mortais? Que diríamos sobre a felicidade? Somos mesmo capazes de admitir que pequenas coisas podem-nos fazer felizes?...Por exemplo: dormir com aquele delicioso barulhinho de chuva no telhado... acordar cedo e descobrir que ainda há tempo para mais um cochilo... caminhar na praia numa noite de lua plena... respirar o cheiro de terra molhada... ter amigos, nem precisam ser muitos... sentar numa roda de bar e jogar conversa fora... E quão feliz eu seria, se meus companheiros de blog me falassem de suas pequenas felicidades! Só as confessáveis, naturalmente! E não vale dizer que só se é feliz em Paris. Seria uma boa rima, mas não uma solução...

6 de junio de 2008

(de)función


A primera vista nos hallamos ante un duelo con una convencional puesta en escena, pero la escasa solvencia profesional de las plañideras, con la excepción de la joven de la primera fila y, siendo indulgentes, la anciana de la última, lo echa todo por tierra, y perdón por la trillada dilogía. Afortunadamente, el fingido difunto salva el cuadro tenebrista, le otorga una balsámica dosis de verosimilitud y decoro más propios de Caravaggio o de Gutiérrez Solana. El hombre se aplica a conciencia, y aguanta impertérrito las miradas livianas, escasamente luctuosas, de sus compañeras. No es fácil alcanzar ese hieratismo, delator de una capacidad superlativa para la economía gestual. No me extraña que los alertas falangistas le quisieran requisar el carrete al fotógrafo, Eugene Smith, para impedir que lo sacara de España, la España gloriosa de 1950. Sin duda, a aquellos guardianes de la moral les aterrorizaba la idea de que la leyenda de la España negra volviese a la palestra por culpa de unos cómicos antipatriotas.

5 de junio de 2008

Ciudadanos lectores


Parece que se ataca de nuevo a los lectores. Parece que se pretende "multar" a quienes toman prestado un libro de las bibliotecas públicas, mientras se subvenciona a diestro y siniestro por el fomento de la lectura. Se comienza pagando por coger un libro, y... quién sabe.
Al leer el siguiente manifiesto de José Luis Sampedro, que reproduzco íntegro, tengo la ligera impresión de que a los lectores nos hacen sentir culpables continuamente y entonar el mea culpa a la mínima, somos rara avis en el gallinero social actual, en el que nunca ha interesado potenciar la labor cultural y social de las bibliotecas. Evoco la sociedad de rechazo libresco y literario de Fahrenheit 451, y mirad por dónde, no me parece tan fuera ni tan lejos de la realidad, ni tan improbable, ni tan imposible. No castiguen, difundan la posibilidad de lectura gratuita, potencien la cultura, encárguense de la educación literaria de las personas, formen ciudadanos lectores.

POR EL PLACER DE LA LECTURA Escrito y firmado por José Luis Sampedro, escritor, filósofo y buena gente. POR LA LECTURA Cuando yo era un muchacho, en la España de 1931, vivía en Aranjuez un Maestro Nacional llamado D. Justo G. Escudero Lezamit. A punto de jubilarse, acudía a la escuela incluso los sábados por la mañana aunque no tenía clases porque allí, en un despachito que le habían cedido, atendía su biblioteca circulante. Era suya porque la había creado él solo, con libros donados por amigos, instituciones y padres de alumnos. Sus 'clientes' éramos jóvenes y adultos, hombres y mujeres a quienes sólo cobraba cincuenta céntimos al mes por prestar a cada cual un libro a la semana. Allí descubrí a Dickens y a Baroja, leí a Salgari y a Karl May. Muchos años después hice una visita a un bibliotequita de un pueblo madrileño. No parecía haber sido muy frecuentada, pero se había hecho cargo recientemente una joven titulada quien había ideado crear un rincón exclusivo para los niños con un trozo de moqueta para sentarlos. Al principio las madres acogieron la idea con simpatía porque les servía de guardería. Tras recoger a sus hijos en el colegio los dejaban allí un rato mientras terminaban de hacer sus compras, pero cuando regresaban a por ellos, no era raro que los niños, intrigados por el final, pidieran quedarse un ratito más hasta terminar el cuento que estaban leyendo. Durante la espera, las madres curioseaban, cogían algún libro, lo hojeaban y a veces también ellas quedaban prendadas. Tiempo después me enteré de que la experiencia había dado sus frutos: algunas lectoras eran mujeres que nunca habían leído antes de que una simple moqueta en manos de una joven bibliotecaria les descubriera otros mundos. Y aún más años después descubrí otro prodigio en un gran hospital de Valencia. La biblioteca de atención al paciente, con la que mitigan las largas esperas y angustias tanto de familiares como de los propios enfermos, fue creada por iniciativa y voluntarismo de una empleada. Con un carrito del supermercado cargado de libros donados, paseándose por las distintas plantas, con largas peregrinaciones y luchas con la administración intentando convencer a burócratas y médicos no siempre abiertos a otras consideraciones, de que el conocimiento y el placer que proporciona la lectura puede contribuir a la curación, al cabo de los años ha logrado dotar al hospital y sus usuarios de una biblioteca con un servicio de préstamos y unas actividades que le han valido, además del prestigio y admiración de cuantos hemos pasado por ahí, un premio del gremio de libreros en reconocimiento a su labor en favor del libro. Evoco ahora estos tres de entre los muchos ejemplos de tesón bibliotecario, al enterarme de que resurge la amenaza del préstamo de pago. Se pretende obligar a las bibliotecas a pagar 20 céntimos por cada libro prestado en concepto de canon para resarcir -eso dicen- a los autores del desgaste del préstamo. Me quedo confuso y no entiendo nada. En la vida corriente el que paga una suma es porque: a) obtiene algo a cambio. b) es objeto de una sanción. Y yo me pregunto: ¿qué obtiene una biblioteca pública, una vez pagada la adquisición del libro para prestarlo? ¿O es que debe ser multada por cumplir con su misión, que es precisamente ésa, la de prestar libros y fomentar la lectura? Por otro lado, ¿qué se les desgasta a los autores en la operación?.¿Acaso dejaron de cobrar por el libro?. ¿Se les leerá menos por ser lecturas prestadas?.¿Venderán menos o les servirá de publicidad el préstamo como cuando una fábrica regala muestras de sus productos? Pero, sobre todo: ¿Se quiere fomentar la lectura? ¿Europa prefiere autores más ricos pero menos leídos? No entiendo a esa Europa mercantil. Personalmente prefiero que me lean y soy yo quien se siente deudor con la labor bibliotecaria en la difusión de mi obra. Sépanlo quienes, sin preguntarme, pretenden defender mis intereses de autor cargándose a las bibliotecas. He firmado en contra de esa medida en diferentes ocasiones y me uno nuevamente a la campaña. ¡NO AL PRÉSTAMO DE PAGO EN BIBLIOTECAS! José Luis Sampedro


4 de junio de 2008

MIDDLESEX, mega biblión


“La normalidad no era normal. No podía serlo. Si la normalidad fuese normal, nadie se preocuparía de ella”.

Decían los antiguos griegos, antepasados de Calíope Stephanides y Jeffrey Eugenides ─protagonista y autor respectivamente de Middlesex– que un libro grande era un gran mal (mega biblión, mega kakón) o ¿era que un gran libro era un mal grande? Los partidarios de la primera traducción absténganse de acercarse a las setecientas páginas de esta novela en edición de bolsillo (que sin duda son un gran mal para la vista) porque seguramente hayan despreciado antes Auto de fe, Manual de inquisidores, Bomarzo, El tambor de hojalata, Rayuela, El amor en los tiempos del cólera, No soy Stiller, La vida instrucciones de uso, Los detectives salvajes entre otras y, por supuesto, el Quijote, por razones de peso, quiero decir, de tamaño.
También los defensores de la segunda interpretación tratarán de disuadirnos de su lectura, porque los grandes libros son grandes males (ya lo dijo Maeztu de el Quijote, un libro derrotista que debería estar prohibido) al convertirse en esos fieles espejos que nos van descubriendo cómo se van haciendo más profundas las arrugas de nuestra civilización, presentándonos un mundo sin maquillaje y ajeno al prozac circo-televisivo.
Después de su excelente primera novela Las vírgenes suicidas (1993) –adaptada al cine por Sofía Coppola en 1999–, Jeffrey Eugenides (Detroit, 1960) nos vuelve a sorprender con este mega biblión, historia de historias y de la Historia con mayúsculas, que es Middlesex (2002) por el que recibió el Premio Pulitzer en el 2003 y con el cual, según algunos, camina con firmeza hacia el Nóbel.
La novela cuenta –con humor, inteligencia, trepidante ritmo y exquisito estilo– la odisea (en el más estricto sentido homérico de la palabra) de un gen el “alfa 5 reductasa”que muta y se fortalece en la endogámica familia Stephanides y hace que Calíope, la narrador/a-autor/a de esta historia con nombre de la musa de la poesía épica, sea intersexual. Es la historia también del despegue industrial de Detroit (y por extensión de EEUU), de la inmigración, de los conflictos raciales, del sueño americano.
Dice su autor que conscientemente quería que Middlesex fuera además una mutación novelesca, que la estructura de su obra representara el genoma narrativo, las diversas formas históricas de la narración. Por este motivo la novela comienza con tintes épicos (el incendio de Esmirna, la travesía en el barco, las identidades falsas, el matrimonio de los dos hermanos....) y se convierte en la segunda mitad en una novela psicológica moderna. Desde luego el narrador es mutante, nos lleva de la forma autobiográfica a la omnisciencia y del pasado al presente con gran maestría, buscando la complicidad de los lectores en cuanto puede. Middlesex es, sin duda, una cumbre de la intertextualidad: los mitos griegos (Tiresias, Hermafrodito), los clásicos norteamericanos (Steinbeck, Salinger), el cine de Buñuel (Ese oscuro objeto del deseo) o el realismo mágico de Cien años de soledad (a mí esta familia me recuerda a los Buendía, la abuela Desdémona no es otra que Úrsula, las dos siempre temerosas de que se cumpla el destino que conocen, llámese cola de cerdo o alfa 5 reductasa).
Middlesex me ha devuelto la confianza en los mega biblión, no eran las prisas, el poco tiempo, el cansancio lo que me llevaba a su abandono. No he podido despegarme de él hasta la última página y su término me ha producido la desolación de las despedidas. Porque grande no solo significa extenso, sino extraordinario, maravilloso. Haceos un favor y leedlo.RO.

Middlesex, Jeffrey Eugenides, ed. Anagrama o Quinteto.

Para Juana, no es extraño (léelo también sin coma). RO.

2 de junio de 2008

Campo de amapolas blancas, Gonzalo Hidalgo Bayal


Muchos esperábamos con ciertas ansias la nueva novela de Gonzalo Hidalgo Bayal, después de la magnífica Parábola del interventor, un éxito de crítica reeditada por Tusquets tras haber pasado unos años de sigilo en las carrocerías de la editorial extremeña Los libros del Oeste. Parábola del interventor, una alegoría kafkiana exquisita de estilo, fue saludada como una de las mejores novelas del año 2004. La lectura de Campo de amapolas blancas, su última novela, reeditada del mismo modo por Tusquets, me ha confirmado que el escritor necesita de una sola obra de impacto para alcanzar un puesto de privilegio en el escalafón prestigioso de las editoriales y también, aunque en menor medida, entre los lectores.
Campo de amapolas blancas es una novela corta que viene avalada por las entusiastas alabanzas de Rafael Sánchez Ferlosio, su amigo. Incluye, a su vez, un epilogo escrito por Luis Landero, otro extremeño, unas páginas laudatorias que ayudan a engordar el grosor del libro, bastante enjuto por otra parte. La campaña parece perfectamente urdida.
De la novela solo se me ocurre decir que está carente de ideas, que sobrelleva un estilo pomposo inadecuado para lo que se está narrando. Si he de ser sincero, me gusta el estilo de Hidalgo Bayal pero creo que chirría en esta trama. Es una historia de iniciación, la de un par de jóvenes que evolucionan en circunstancias adversas. Es el relato de una admiración mal entendida hacia un personaje, llamado H, cuyo rumbo vital es de lo más anodino y rutinario. Quizás estemos ya un poco cansados del mayo del 68 y de los profetas de la libertad. De París, de la Maga, de Los Beatles, de Camus. Hay que pasar página urgentemente y analizar otras épocas, por qué no esta. Lo que nos cuenta Hidalgo Bayal yo ya lo había leído en otras ocasiones, muchas otras veces. Veremos quién le avala en la siguiente novela.

1 de junio de 2008

Lección de anatomía ¿y ética?


Se ha abierto en Lyon una controvertida exposición artística sobre el cuerpo humano ya vista en España y otros lugares. Los cuerpos reales, procedentes de Hong Kong y con el consentimiento firmado en vida, han sido desollados y eliminados los huesos para contemplar las partes blandas de los músculos, arterias y órganos, según un procedimiento de conservación denominado plastificación, ideado por Gunther von Hagens, quien permite ver su aportación a la ciencia anatómica por 15 euros.
Hasta ahora no ha levantado mucho ruido, acaso porque no está en París, pero el hecho de haber sido llevada allí da una idea sobre los reparos de algunas instituciones como el Consejo Consultivo Nacional de Ética o el Museo del Hombre. Me pregunto: son los chinos mejor que el Negro de Bañolas.

Ú.

Binômio leitor/escritor

Sempre tive curiosidade de saber onde os escritores situam os leitores, durante o processo de criação de uma obra literária. Se, ao escrever, o escritor se preocupa com quem lê o texto, ou apenas leva em conta a técnica, a honestidade e a coerência da mensagem.
Pesquisando um pouco o assunto, entendi várias coisas: as pessoas escrevem para satisfazer a si próprias e são, a princípio, remetentes e destinatárias de suas obras; a auto-satisfação é uma etapa muito difícil, uma vez que escritores podem ser leitores muito exigentes. No momento da criação, o autor é o dono do assunto, mas, quando da publicação, ele perde totalmente esse controle. Aí entram os leitores, que interpretam histórias e personagens a seu bel-prazer.
Em uma entrevista, o escritor carioca João Paulo Cuenca fala sobre a questão: "Quando escrevo um romance, o leitor é um animalzinho tão distante que não posso me preocupar com ele. Muito menos em entretê-lo. Na verdade, quero é fazer um pouco mais de sentido, contar a história e sobreviver até a próxima página".
O escritor refere-se — sem qualquer tipo de ofensa — a um leitor que naquele momento é inexistente, mas que em breve será chamado a entender e interpretar as escolhas por ele feitas.
Mas é ainda Cuenca que entra num terreno que interessa mais de perto aos participantes de blogs, pois admite o blogueiro como escritor, e diz que o leitor pode-se transformar também em escritor quando participa, questiona e cria polêmica. Ele considera o processo legítimo e vai mais além quando observa que esse leitor-escritor chega a encarar o autor publicado como um colega e, mais radicalmente, como um adversário a ser batido.
De minha parte, acompanho religiosamente as entradas do “Es la Cultura...”. São excelentes, aprendo muito com elas... mas confesso que me divirto a valer com as batalhas travadas entre escritores e seus fiéis comentaristas.