20 de mayo de 2008

68


Aquí en la cuna del 68 poca nostalgia he encontrado entre sus protagonistas. Gentes que en su mayoría han cumplido los 60 o están a punto, como el realizador Patrick Rotman, quien me enseñó en su casa del bulevar Saint-Germain una foto en blanco y negro en la que aparece a sus 19 años con Alain Krivine, Henri Weber y Daniel Cohn-Bendit. Lo que darían muchos por una foto así.
En el caso del apóstata André Glucksmann, feliz incluso de la patada virtual al fantasma del 68 que le propina su amigo Sarkozy, beneficiario del sano cambio de costumbres de aquel año y posteriores. Otros como Jean-Pierre Le Goff, triste por el cadáver desenterrado cuando no se encuentran otros cadáveres que estampar en la bandera. Él sí estuvo allí y, como no es el abuelo Cebolleta, tampoco me coloca lo de lo jóvenes que éramos y las cosas que hacíamos.
A Daniel Cohn-Bendit le oí una anécdota de su retorno a París 10 años después del 68. Un hombre se le acercó en la Gare d l’Est para decirle que el 68 fue el momento más intenso de su vida, que nunca lo olvidaría y que, en cierta medida, se lo debía a DCB. Era un policía.

Ú.

1 comentarios:

ELCE dijo...

Tengo para mí que este blog es la viva muestra de que lo público y gratuito supera a menudo con creces a lo privado y oneroso. Y como muestra, toda esta hilera de botones.