7 de marzo de 2008

Los idus de marzo

Hay un mar de fondo de banderas agitándose al compás de una música festivalera que baña los rostros entregados de los presentes. En primer plano, el subalterno parece estar a punto de dar el beso de gracia a su jefe, pero no es el caso. Lo que sucede en realidad es que, diligente y eficaz, le está transmitiendo la mala nueva, ejerciendo la ingrata labor del heraldo que anuncia la maldición de la mancha negra. El rostro visto frontalmente del líder es todo un poema sin rima ni métrica, un versículo pagano. La suya es una mirada que converge en un imposible punto de fuga, y es del todo prescindible ese subrayado circunflejo de las cejas. Con su expresión parece confirmarnos que el tránsito de la euforia a la desesperación, el descenso fulminante a los infiernos, puede ser tan vertiginoso como el vuelo a ras de tierra de un AVE. Su semblante sombrío es la prueba palpable de que los éxitos son volátiles como cualquier gas innoble, mientras que los fracasos tienen todos la solidez mineral de la piedra de Sísifo.
JF

2 comentarios:

Anónimo dijo...

parece usted poeta ajuzgar su modo de repasar la pintura o la escultura por el tamiz de las palabras. me gustan sus comentarios. podría usted explicarme cuáles son los estilos de goya y por qué pinta a los miembros de la familia real con cara de idiotas? es goya el inventor del esperpento?

Anónimo dijo...

Me alegro de que le gusten, es un placer saber que hay alguien que lee lo que uno escribe. A cerca de lo que me pregunta le remito a una página que sin duda le va a interesar http://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_de_Goya
con respecto a sus retratos reales, Goya intentaba plasmar las cualidades o defectos del personaje, los rasgos psicológicos. Asi que dependiendo de como fuera por dentro, los pintaba por fuera.

Espero que le haya servido de ayuda, aunque...
gracias a mi compañero Juan me he enterado de que este era un comentario para mi, la próxima vez el comentario justo debajo del articulo.