27 de febrero de 2008

Retrato



El retrato, como reflejo del rostro real y como modificación del mismo, nos recuerda una nueva perspectiva de disección de la personalidad humana. Si bien es cierto que el retrato puede ser retazo de un objeto o de un animal, lo frecuente, al menos en pintura, ha sido el retrato humano. Así, desde el Renacimiento el retrato se convirtió en un género propicio para destacar cualidades del personaje retratado, para describirlo física y psicológicamente, para poner de manifiesto sus defectos más absurdos y sus debilidades más insospechadas. Sobre el lienzo o sobre el papel, el pintor o el escritor elige si convertirá a su personaje en objeto de burlas, de mofas y de escarnio, en personaje risible; si, por el contrario, lo ensalzará y matizará, incluso borrará, su lado oscuro.

Los retratos pictóricos del Renacimiento realzaban la figura del noble para destacar los aspectos positivos de su personalidad o los inventaban mediante la focalización de una determinada parte del rostro que permitía sugerir esas apreciaciones. Los retratos masculinos suelen ser bustos, mientras que las mujeres suelen ser retratadas de cuerpo entero, curiosidad probablemente causada por la admiración hacia el género femenino, por la idealización de la belleza renacentista. Desde la pretendida alabanza y admiración por el personaje retratado hasta la más dura y aguda crítica social y burla individual, igual que en las cantigas de escarnio y maldezir medievales, se retratan formas de vida de grupos sociales concretos y ataques personalizados.

La pluma se desliza sobre el papel para dibujar con palabras el rostro de un personaje humano o divino, hierático o dinámico. El pincel retoca en el lienzo un rostro a retazos, más o menos fieles a la realidad en función del propósito del artista. La cámara inmortaliza el gesto elegido de manera instantánea. Realistas o idealizados, los retratos configuran otras realidades probablemente descifrables con la sola observación o la lectura.

N.S.



1 comentarios:

Anónimo dijo...

Gran artista barroco Archimboldo.